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martes

Tianhou

blackroosje La puerta estaba entreabierta. La callejuela donde había descubierto el taller se encontraba sumida en las sombras. Dentro, la negrura era aún más honda, pero su penoso estado se agravaba por momentos y su necesidad de respuestas era acuciante.

Empujó la madera y tras ella se reveló un inmenso pasillo negro. Logró atravesarlo hasta dar con una habitación. A tientas encendió una lámpara de aceite que desplegó una luz mortecina. En las paredes, llenas de estanterías, había decenas de muñecas dispuestas metódicamente. El pánico le agarrotó los miembros venciendo su fascinación: todas ellas poseían una belleza espectacular; sus delicados rostros, sus expresiones melancólicas, iban más allá de la hermosura. La mayoría se encontraban sentadas observando con sus taciturnos semblantes el vacío. A pesar de su perfección comprobó que ninguna podía hacerle sombra a la que sostenía en su regazo: la bella Tianhou. En una de las estanterías centrales había un hueco: en lugar de una muñeca encontró un sobre cerrado. Danielle no dudó. Rasgó el papel; encontró una carta escrita a pluma, y leyó.

“No necesito acariciar tu rostro para saber de tus desdichas, aunque haya sido el destino y no yo quien te ha traído hasta aquí. Te contaré mi historia pues, aunque me temo que ya conoces buena parte: muchas estaciones han transcurrido desde la última vez que vi a Tianhou, pero mi alma, de algún modo, supo que había regresado.

En mi juventud pasé diez años en Beijing aprendiendo de los artesanos muñequeros que habitaban junto a las violáceas orillas del lago Kunmig. En poco tiempo, y debido a mi extraordinario don, fui iniciado en los misterios de la Catedral de Piedra, en el árido desierto de Kumtag. Allí me relataron la historia que sería el origen de tanto dolor.

Cuenta la leyenda que la noche antes del entierro del gran maestro Enku, su esposa halló en su taller su última creación: una muñeca de portentosa belleza. Los familiares decidieron que su obra imás perfecta debería acompañarlo en su viaje a través del inframundo; en los funerales se dispuso que  se consumiera junto al cuerpo del maestro en la primera luna de Xan. Se dice que la diosa Chang’e al observar que la muñeca la superaba en belleza, la salvó del fuego y prohibió que cualquier humano volviera a desafiar a la creación y a los dioses.

Mil años habían pasado desde la muerte de Enku y nadie había logrado igualarle. Me obsesioné con ello; mi orgullo y juventud hicieron el resto: crearía una muñeca con la belleza de una diosa y capaz de sobrevivir al fuego. Tardé seis largos años en conseguirlo. Trabajé incansablemente y en secreto. Cuando por fin estuvo terminada, le di nombre y decidí regresar sin mostrársela a nadie. Me establecí en este pueblo, donde me casé y tuve una hija: mi preciosa Mathilde. Al cumplir los once años decidí hacerle el mejor de los regalos y le entregué a Tianhou. Mathilde enfermó de una dolencia desconocida. En pocos días perdió su cabello; en unos meses,  su rostro y su piel fueron languideciendo hasta convertirse en los de una anciana. Nunca se recuperó, pero sobrevivió y no perdió las fuerzas. Una tarde mientras jugaba en el prado con su muñeca, unos niños, horrorizados por su aspecto, la mataron a pedradas. Mi esposa siguió su camino, no hasta la tumba, pero contrajo la misma enfermedad y ahora consume sus horas encerrada como un monstruo en Charenton.

Juro que intenté destruirla con todo mi empeño pero fui incapaz: sobrevivió intacta al fuego, no logré romperla, ni mutilarla, ni siquiera le hice un rasguño. Finalmente, decidí enterrarla en el bosque, allí donde nadie se adentra… aún no comprendo cómo ha llegado hasta ti. Pero sé que Chang’e nunca perdonó la osadía del humano: estoy maldito y mi obra en la tierra y tus desgracias son testigos de ello.

Regreso al desierto, de donde jamás debí salir, a espiar mi pecado. Y ahora tú, mujer consumida, seas quien seas, si es que todavía conservas la cordura, deberás sufrir mis errores.”


El papel cayó al suelo. Danielle lloraba la crueldad de las palabras del artesano, mientras que Tianhou, aún en sus brazos, con su belleza infinita e indestructible, parecía burlarse de su amargura. black

 
Al hilo del  5º  Reto de relato corto del Foro Nuncajamás
Imágenes:  BlackRoosje

Notas aclaratorias:

Kunmig: enorme lago junto a los jardines del Perfecto Esplendor del Palacio de Verano, en Beijing (Pekin)

Kuntag: Desierto del norte de China.

Xan: privamera en chino.

Chang’e: diosa china de la luna, esposa de Hou Yi. Al ser expulsados del cielo, la avaricia hizo que Chang’e bebiera un elixir que la convirtió en Diosa y la elevó de nuevo a los cielos, sin dejar siquiera una gota para su esposo que murió en la tierra como un simple mortal. Desde entonces vive en exiliada en la Luna.

Tianhou: en la mitología china, emperatriz del cielo.

Charenton: famoso manicomio en Francia.

                                                                                                                       ***

Este relato es un  tan sólo un resumen de la historia que me habría gustado escribir para el reto,  la limitación de palabras y mi falta de ganas afectaron al resultado. No estoy especialmente satisfecha con él a pesar de que resultó ganador; hubo relatos realmente buenos que lo merecían mucho más que éste, y lo hago constar sin un ápice de falsa modestia. Desde aquí mis felicitaciones a los participantes,  porque supieron crear con el reto que puse unas historias realmente fantásticas. 

The Lechera’s Killer

Tree_killer_by_sweettemper

Caminaba alegremente por el sendero con el hacha y el bolsón negro en la mano. Aquél sería el gran día. El sol brillaba, los pájaros cantaban y el aire olía a romero. Se sentía resuelto y dichoso: había llegado el momento.

Dejándose llevar se imaginó a sí mismo entrando en la casa y sorprendiendo a Elvira, su antigua novia, después de tantos años. Pudo casi percibir la leve película de sudor que iluminaba su rostro, los jugosos labios, el balsámico aroma que desprendía su oscura mata de pelo… los ojos desencajados, su cuerpo crispado y tenso, los gemidos ahogados, el terror, el delicioso crujir de los huesos, la cálida sangr…

Paró en seco. De nuevo había olvidado afilar el hacha. 

.

Al hilo del Primer Reto de Microrrelato de NuncaJamás.

Imágen: Sweettemper.

Nota:  el microrrelato debía tener 120 palabras como máximo y contener una “especia”. Téngase en cuenta que es el primer intento de microrrelato al uso de mi vida. Besos y pólvora.

viernes

Use me like listerine

Shhh_2_by_kait_y_lin

Para ti, 

que nunca pasas,

 (¿verdad?)

Que ni siquiera sabes

espiar en silencio.

Que no tienes ni idea

 (aún)

de lo que me haces ….

Porque eres un payaso

al que le gusta

hacerse el tonto

y eso

me gusta

a mí.



Y porque me da la gana

-entre otras cosas-

 va por ti.