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lunes

el olvido es un pájaro

-“Perdona, ¿tienes hora? el autobús está a punto de llegar y no sé de qué color ponerme los zapatos”.

El hombre me mira entre curioso y distante, como si le hubiera interrumpido en medio de alguna disquisición fundamental pero sin llegar a molestarle del todo. Repasa mi cuerpo de forma anómala, extravagante. Las manos, después los ojos, para terminar en mis pies descalzos. “Bonitos calcetines” comenta ignorando mi pregunta. Pero su voz parece haber surcado todas las oscuras cavernas del mundo antes de acabar en mis oídos. Entonces comprendo. Es la Muerte.

No me sorprendo, aunque nunca imaginé que la Muerte llevaría traje de chaqueta y tendría orejas de gato. Le observo con discreción. El resto de sus rasgos me resultan bastante anodinos; por ello, no los recordaré. Pero su voz y sus orejas, decido en el momento, eso sí que me lo traeré de vuelta.

-“Gracias”. Contesto, y empiezo a escabullirme por la calle, no sea que le apetezca ser más diligente en su trabajo. Hay más paradas de autobús. Más autobuses. Aunque pensándolo mejor, no me apetece demasiado subirme a un autobús atestado de gente estando descalza. Me los imagino a todos, con sus caras disgustadas, mirándome de arriba abajo, fijando sus pupilas escrutadoras en mis calcetines sucios por el asfalto, y la idea me estremece, de igual manera que estimula algún resquicio de mi conciencia subversiva. Pero no. Hoy, ni estoy de humor para ir a clase, ni para enfrentarme a la Muerte ni a los prejuicios de la sociedad. Me apetece algo más intimista. Tal vez una biblioteca. Por eso busco una.

Sí. Libros. Silencio. Paz. Contradictorio, ciertamente, pero la paz inunda las bibliotecas como el agua la tierra de una marisma. Entre libros que narran los crímenes más atroces y guerras salvajes se puede escuchar nítidamente el susurro del aleteo de una mosca. Los relatos transcurren de puertas para dentro sucediendo con bullicio en la mente de quien los lee. Sus oídos, invadidos por los gritos y el entrechocar del acero, las risas, las voces, las olas del mar y las explosiones, están cubiertos por una paradoja de silencio. Pestañeos, inhalaciones y exhalaciones de aire. Para un oyente externo no hay sonido más relajante que el de una mente ajena a la realidad de su existencia.

Los observo y los envidio. Yo también deseo sumergirme en esa paradoja. Miro las estanterías, inabarcables, infinitas a mis ojos. Me armo de valor y avanzo por una galería estrecha. Instintivamente busco la “O”. Mientras camino calculo que hay unos 60.000 libros cuyo título empieza por la “N”. De la “Ñ” tan sólo encuentro ocho. De la “O” sólo hay un ejemplar. Conozco el nombre de antemano.

Lo ojeo. Al azar escojo una página y leo.

El olvido es como el pájaro que se va y no regresa en la estación siguiente ¿Qué habrá sido de él? Uno se pregunta. Tal vez encontró en su camino algún otro paraje en el que decidió quedarse. Tal vez un lugar en el que las aguas cálidas lo acogieran durante todo el año. Pero lo cierto es que nunca sabremos qué habrá sido o qué será de aquel pájaro”.

Entonces tengo un absurdo pensamiento. Me gustaría ser el cazador del pájaro. Iría en su busca y no pararía hasta dar con él. Lo encontraría quizá apacentando en una laguna cercana, tal vez muerto entre la hierba del deshielo. Pero lograría acariciar sus plumas una última vez, para cerciorarme de su existencia, antes de volverlo a dejar a su suerte. Absurda profesión que ojalá recuerde: Cazador del Olvido.

Enfrascada en mis pensamientos escucho un grave carraspeo a mi espalda. Me doy la vuelta.

-“¿Otra vez usted?”- Pregunto.

-“Hola” -su voz, esta vez, me resulta algo más cálida.-“Buscaba cierto libro que escribí hace tiempo.”

-“¿Es escritor?”.-Hablo de nuevo, con la cautela inevitable al iniciar una conversación con Ella.

El hombre se encoge de hombros como si no supiera bien qué contestar a esa pregunta.

-“¿Y sobre qué escribe?”

En esta ocasión, más interesado, medita durante unos instantes la respuesta.

-“Uno escribe sobre lo que mejor conoce.”

Su media sonrisa es casi amistosa, comprensiva. Apenas siento el impulso de abrazarlo, aunque me contengo.

-“Entonces este libro es el que anda buscando.”

Lo dejo en su mano y me despido con un gesto.

“Lo siento mucho- digo mientras me alejo entre las estanterías.- No puedo quedarme a conversar con usted. El despertador está a punto de sonar, y si continúo dormida, perderé de nuevo el autobús. Me temo.”

Al hilo de la iniciativa de "El cuentacuentos"
Imagen: karezoid

Creative Commons License

17 Se mojaron.

Anónimo dijo...

Llevaba mucho tiempo esperando un Post como este. Así.
He de decir gracias.
Y además que se te extraña mucho.

¡¡Pero qué bien lo haces todo encantillo!! ;)

l
#No te hagas cazadora de olvido. Prométemelo. De eso ya se encargan otros.

Shadow Twilight dijo...

¡Joder! Si se me permite la expresión en tus tierras.
Casi no me lo crei cuando me lo contaron. Ahora me gustan mucho tus letras, lo reconozco.
Este último relato me parece bello y original, a la vez que denso y envolvente.
Te felicito.
Seguiré visitándote, continuaré leyéndote.

Anónimo dijo...

Gracias por el documental. Por suerte aún conservo ciertas ganas de revelarme. Verlo ha supuesto caer de nuevo en la cuenta de algo que a veces resulta demasiado difícil no perder de vista.
Más gente como tú es lo que hace falta, que embellezca los días del resto a través del cariño y las palabras.
No encuentro adjetivos para describir tu cuento. Puedo decir que la imagen de la muerte escritora es fascinante. Que el proceso de la protagonista es perfectamente onírico. Que las metáforas del pájaro y el cazador son … tuyas. Y que mi admiración hacía tu ser crece cada día.
Un beso pequeña.
(loving-lu)

Juanjo Montoliu dijo...

Yo quiero creer que el pájaro del Olvido vive en un país muy lejano y feliz. Siempre busca un hogar más acogedor que el nuestro.
Esta entrada será, en cambio, difícil de olvidar. Es como si hubieras construido un nido gigante y lleno de alpiste para que se quede hasta el final de los tiempos.

Un besito, encanto.

Anónimo dijo...

"UNO ESCRIBE SOBRE LO QUE MEJOR CONOCE"
Mors, dixit.
Ü
Me pido escribir como tú de mayor :)


Cloe.

El mundo de Yas (Andrés) dijo...

Ummmm...
Bueno ahi va....
Desde la ignorancia y para ser sincero, cosa que no todos lo son,
No se si lo he captado bien, me imagino un sueño, alguien que sueña... alguien que sueña con la muerte... ¿"descalza"? y habla de pajaros... Cazadores de olvido...

No se... pero me huelo que aqui hay un no se que que que se yo que yo que se que me ha hecho perder en algún lado...

Desde luego eres culta porque hay una palabra que me ha dejado un poco doblado de lado "Disquisición fundamental" jijiji...

En fin tormentita, no te me enfades, no es una crítica, soy yo que no me entero y estoy empanao...

Besotes, sigue así...

Ala... dicho ha sido...

Mundoyas.

Anónimo dijo...

Lo leo, lo leo y lo leo. Cada vez me gusta más. Bajo mi opinión este es uno de tus mejores relatos.
La muerte... ¿Orejas de gato? Claro. De ahí vienen todo los rumores. Nunca se me habría ocurrido.

with love, J.
8kisses.

MentesSueltas dijo...

Hola, estoy de paseo... saludando con afecto.

Un abrazo
MentesSueltas

V dijo...

Pasé el lunes y no había nada nuevo. Grata sorpresa.
Es un gran relato.
Nos malacostumbras :P


Un beso, my lady.

V dijo...

Se me olvidaba. Las contestaciones a sus cuestioens irán vía mail XD XD

Pugliesino dijo...

Creas un jardín de la palabra por el que caminamos descalzos a través de la lectura por entre un bosque de prosa, la narración; y poesía, la reflexión. Hipnotiza la suavidad con que escribes, escapando de lo obvio y rutinario, naturalizando la muerte, resaltando al ser humano e impregnando de ternura el instante del recuerdo. Llenas el vacío que deja el olvido con la majestuosidad del silencio más mágico, aquel que resuena en el templo donde habitan la magia, la biblioteca. Llevándonos desde las prisas mundanas al tiempo detenido de un sueño.
Escribió la muerte sin retorno más no la última página de una vida que el despertador está a punto de despertar.
No me importa perder todos los autobuses si ello me permite leer tan hermoso relato como el que has escrito, como los que escribes. ¿El color? Natural, descalza como la vida misma.Un beso cielo

Anónimo dijo...

"Uno escribe de lo que mejor conoce". Se ha definido usté sola, señorita Tormenta. Los sueños son su territorio (a veces, las pesadillas), y que suerte que de vez en cuando baje por estas tierras de lluvias a contarnos las ocurrencias de Morfeo.

Un gran relato, me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

Se me da fatal el márketing. Muy mal. De todos modos, llevo toda la mañana peleándome con el foro de Elcuentacuentos y no hay manera: no me deja avisar de que ya he publicado... ¡por primera vez!

Sigo en la lucha :P

besos de reencuentro

Laura Luna dijo...

Me has dejado muda. Me ha encantado. Es tan paranoico y simbólico como lo puede ser un sueño :) De hecho, los sueños nos dan los mejores cuerpos de nuestras historias. Me ha encantado la descripción de la Muerte, bastante original. Y el aire dulce que le das hacia el final. Es una escritora, de hecho.

También me ha gustado lo de la paradoja de las bibliotecas. No me había parado a pensar en ello :)

Eres única, Tormenta :)

Un besote enorme,
Mun

Anónimo dijo...

Lo que me ha gustado mucho el cazador de Olvidos,me parece muy bueno y muy actual, y original, seguiré visitándote, saludos.

Anónimo dijo...

Teniendo en cuenta que soñar con la muerte es el comienzo de algo nuevo. Un cambio radical en nuestras vidas. Y observando un poco de melancolía entre renglón y reglón de tu hermoso relato. Presiento que a la protegonista de tu cuento se le avecinan tiempos muy buenos, sobre todo, porque en todas las ocasiones ha dejado a la muerte con la palabra en la boca y no se ha interesado excesivamente en ella.
Lo de las orejas de gato, tiene una interpretación diferente y avisa de traiciones que se puede encontrar en esos cambios que hoy comienzan para ella.
En fin, dejando a un lado mis dotes de adivina, le auguro unos bellos sueños, de esos que no quieres que ningún pájaro de lleve al terminar el otoño.
Un abrazo tormentita de primavera.

wannea dijo...

y yo que pensaba que al final la mataría..... mira que soy retorcida... xD ahora que como yo sueñe con la muerte lo primero es que me da un patatús xD despues procuraré no subirme a uno de esos autobuses llenos de gente que tan bien describes y por ultimo creo que optaré por ir descalza por la calle, elegir el color de los zapatos siempre es una perdida de tiempo
bessos!!!