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domingo

En sueño.

La última vez que se vieron eran todavía adolescentes, niños apenas. La reconoció de forma involuntaria, como si los recuerdos se hubieran abierto paso entre las telarañas de la memoria e irrumpieran invadiendo el territorio que ahora ocupaba su figura, algo desdibujada por la oscuridad y la espesura de las ramas de los árboles, pero resuelta por la luz de la luna llena, que ayudó en el proceso imprimiendo su matiz, de esa forma tan etérea que hace que los resquicios entre la realidad y los sueños se confundan en la sutil plata de la noche. Se miraban en la distancia, y los rostros del pasado y del presente, tan dispares entre si, se confundían a sus ojos, y, a pesar del cambio, por un instante, no existía diferencia entre lo que fue y lo que era.

El tiempo, no la vida, le obligó a pasar página de aquellos lejanos sucesos, y después de todos los años transcurridos y tanto vivido, se había forzado a suponer que en la niñez la realidad no posee los límites que la vejez obliga a consentir. Y sin saber bien si lo que acudía ahora a su memoria mantendría el mismo peso en caso de suceder en aquel momento, se dejó llevar por los recuerdos, y la vio allí, como la primera vez, junto al árbol donde se conocieron.

Aquella noche la luna escondía su semblante pero las nubes parecían reflejar la luz de las estrellas, y esa claridad fantasmal le permitía avanzar por el sendero. Cuando las luces de casa se apagaban, él aguardaba pacientemente hasta escuchar la enérgica y acompasada respiración de su padre. Entonces, sigiloso, se escabullía por la ventana y daba un paseo por el camino hasta el bosque, con la estúpida esperanza de encontrarse en él con algún misterioso ser nocturno, o en su defecto, tal vez algún zorro. Cualquier cosa le servía -un leve movimiento tras un arbusto, un sonido desconocido, una extraña sombra- para que su imaginación volase y regresara a casa con la mente hirviendo de fantásticas historias sobre los pobladores de la arboleda. En sus aventuras nocturnas él dejaba de ser el niño que habitualmente era para convertirse en una criatura más adentrándose en lo desconocido. Por supuesto, el Miedo acudía en ocasiones, pero él lo afrontaba no con la aprensión normal en su edad, sino con la entereza de quien aguarda cualquier cosa que la noche le pueda ofrecer.

En aquella en particular una sensación de estar siendo observado lo acompañó mientras penetraba en la espesura. Esa inquietud hizo que se contentara antes de lo acostumbrado con la expedición nocturna y decidiera dar la vuelta y apretar el paso para llegar a casa. El silencio absoluto se rompía de vez en cuando con un aleteo denso pero fugaz procedente de las copas de los arboles que se cernían sobre su cabeza y que apenas dejaban entrever los vacios de cielo estrellado. Por más que aguzaba la vista no conseguía localizar su procedencia y, las enigmáticas sombras que se dibujaban en la tierra y la total ausencia de brisa, consiguieron impacientarlo. Abrumado por la sensación echó a correr hasta el claro donde al menos podría caminar bajo el cielo abierto. Al llegar, se apoyó en un árbol para recobrar el resuello, cerrando los ojos mientras su cuerpo se enfriaba y los latidos de su corazón se iban apaciguando poco a poco. Sonrió para sí, sintiéndose algo ridículo por el súbito acceso de adrenalina que había hecho que su imaginación se disparase, pero contento de que nadie pudiera observarle en aquel momento.

Tras un rato abrió por fin los ojos. Entonces la vio, sentada en la rama baja de un árbol próximo. En su rostro redondo dos inmensos ojos oscuros y brillantes le observaban sin apenas pestañear. Cubierta por un vestido de color gris, tal vez negro, su cuerpo se confundía con la oscuridad, al igual que su cabello. Calculó que tendrían aproximadamente la misma edad, aunque no recordaba haberla visto nunca en el pueblo o en la escuela, por lo que supuso que o bien acababa de llegar, o bien vivía en el bosque. En los segundos que siguieron, y una vez superada la sorpresa inicial, sintió la necesidad imperiosa de decirle algo, pero tuvo miedo de importunarla: se la veía tranquila sentada en aquella rama, como si formara parte de su territorio natural, quieta, sin más interés aparente que el de continuar observando al recién llegado. Por eso calló y se limitó a esperar a que ella hiciera algo. Trascurrieron lo que le parecieron horas hasta que la muchacha dejó de mirarle e hizo el primer movimiento. Bajó al suelo en un ágil salto, y sin decir palabra, se adentró entre los árboles. Él la siguió consciente de que aventurarse fuera de los senderos podía resultar peligroso, pero en un gesto que en el momento juzgó caballeroso, fue tras ella para asegurarse de que nada le ocurriese. Caminaron separados por unos metros durante gran parte de la noche. Acompañar sus pasos a través de la espesura no fue cosa fácil pero habría reemprendido mil veces el camino si le hubieran dado tal posibilidad. Secundó su silueta en silencio, siempre a una distancia acordada tácitamente, descubriendo lugares que nunca antes había visto, ni siquiera bajo la luz del sol. Flores que solo desplegaban sus pétalos en la oscuridad, zonas donde el arroyo emergía bajo la tierra para humedecer los lechos donde los arbustos crecían tan frondosos y altos como sus hermanos mayores, el rocío nocturno de la hierba y los helechos, árboles cuya envergadura proyectaba sombras que parecían alargarse hasta el sendero; todo ello sin perder nunca de vista su oscura imagen que avanzaba con una ligereza casi sobrehumana, lo que en algún momento le hizo sentir algo torpe y pesado. El tiempo pasó volando y el alba les sorprendió en lo más profundo del bosque. Ella se detuvo para observar el cielo mientras el número de estrellas menguaba con la claridad. Por primera vez desde el claro, se volvió para mirarle de nuevo a los ojos; en un sólo gesto extendió con gracia su brazo y con la punta de su dedo señaló un lugar en el horizonte. Él siguió su trayectoria con la mirada y consiguió entrever a través de las ramas una sombra lejana y oscura, su casa.

Al volver la vista había desaparecido. Contempló el vacío que había dejado su cuerpo durante unos minutos. Cuando comprendió que no volvería se encamino hacía su casa, deseando en lo más profundo encontrarla a la noche siguiente.

. .

Pero no hubo más noches como aquella, y sus paseos solitarios fueron poco a poco espaciándose con el tiempo y los años, como si después de su encuentro toda la magia condensada en aquel momento hubiera ido malográndose, junto con su inocencia y su juventud. No hubo más criaturas misteriosas, ni sonidos extraños que la noche no pudiera explicar, ni siquiera zorros surgidos de la nada. Se hizo hombre, y aunque muchas veces, al recorrer los mismos lugares casi podía percibir aquella presencia y sentirse acompañado, la sensación fue desapareciendo de forma irremediable a medida que envejecía, hasta aquel momento, en el que ya anciano, regresó al claro de madrugada. Y la vio allí de nuevo, sobre la rama baja del árbol, observándole, apenas sin pestañear. Esta vez sus viejos ojos no consiguieron embaucarlo, y donde el oscuro cabello caía sobre los hombros, ahora, un plumaje suave y grisáceo envolvía su majestuoso cuerpo, los brazos eran alas, y sus ojos de pupilas inmensas y oscuras, dorados. Se observaron durante largo rato, igual que la primera vez. De pronto ella, con un suave y ligero aleteo, cuyo sonido él creyó reconocer, echó a volar y se adentró sin más entre los árboles, y él la siguió por última vez.

.

.

Al hilo de la iniciativa de "El cuentacuentos"

Imagen 1: AnneJulie

Imagen 2: xlagartixax

22 Se mojaron.

Anónimo dijo...

Supongamos que me pierdo esto por tu vagancia o por la mía... pues no te/me lo perdono.
Los lunes tienen mucho mejor sabor contigo, así que no me faltes ninguno ¿oki?

Un besote bonica mía. A mimarse, a cuidarse y a seguir así de bien :)

Klover dijo...

Tormenta en estado puro...aunque niña...tienes que intentar no escribir taaanto y con letra tan ....tamaño hormiga ;)

Un besazo enorme

Anónimo dijo...

No es aburrido
Tal vez delicado
Tal vez algo farragoso
Pero jamía te derramas en cada frase y es complicado no mojarse, no dejarse llevar al ritmo de tus pensamientos
No hay cuento que no cuente al ser humano, y tu te cuentas en todos tus cuentos y no creo que exista (who knows...) un cuento mejor. Ergo, bonito Cuento x)


Ya sé que estoy tontín.

(Haz click ;) -ni caso al video jojojo)

Queralt dijo...

Hola amiga, mucho tiempo sin leerte... hacía meses que no podía venir a veros.
Bueno, ¿qué decir?, ¡es fantástico!
Al principio he tenido algún problema para seguirlo por la intensidad de unas palabras bellas, expresadas de una manera densa y con unas comas que no me ayudaban a leer... pero claro, después de tanto tiempo, ¿qué esperaba? jejejejje
Humildemente te lo cuento porque sé que no te molesta.
Cuando lo he leído por segunda vez no he hecho más que confirmar lo que ya sabía: que es precioso y que me encanta.
Además, es una metáfora de la muerte, o, a mi me lo parece, tan bonita...
Como siempre, es un placer leerte.
Gracias por compartirlo.

Muchas, muchas cerecitas y besos.

Queralt.

Pugliesino dijo...

Con todo el sabor añejo de lo eternamente vivo, raigámbre de fantasía, no escribes sino cuentas sencilla y maravillosamente un cuento.
Más allá de las palabras tu narración da forma, sonido, color y volumen a la ilusión de quien con tan solo una pizquita de magia que hubiere ya se sentiría feliz. El paso del tiempo no hizo mella en él. Que bien nos reflejas esa lucha invisible, la resistencia interna frente a lo irremediable agotando hasta el último de sus anhelos, impregnándonos del encantamiento del bosque,puerta hacia los misterios en los cuentos.
Auténtica sensación de aventura,con su inseparable miedo y la emoción que lo acompaña.Es un cuento que se tatúa en la vista al leerlo.
Un beso mágico

Pugliesino dijo...

Eres una geniaaa// arte y talento por los cuatro costados!!

tormenta dijo...

te ha faltao
....
¡¡¡ARTISTAZA!!!
¡¡¡TALENTAZO!!!

Etc, etc, etc, etc... pelotilla ;)

Juanjo Montoliu dijo...

Los seres mágicos parecen recluidos a los bosques, o últimamente, gracias al cine, también a las ciudades, camuflados convenientemente.
Me pregunto cómo se las arreglaría un ángel en un páramo.

Un beso.

Anónimo dijo...

Tanta profundidad a estas horas me abruma un pelín, aún más si es en un cuento infantil que parece para mayores (por lo bien contado) pero cuyo mensaje está pensado para aquellos que siempre seremos niños.

Me ha gustado de verdad y ¡¡¡¡gracias por el buho!!!!
(j. no ha dicho nada: ya le vale!)

Besines chiquitines ******

No le quites importancia y yo prometo darle justo la que tiene

Josu Ansoleaga dijo...

lo primero decir que escribes muy bien, que se puede ver la tierra fertl sobre la que podrás hacer muchas cosas en el futuro, o el talento innato, como lo kieras llamar. pero, (y una vez mas sintiendome un poko estupido por no poder seguir tu relato sin dejarme la cabeza inconsciente sobre el teclado)se me ha ocurrido lo que ya pensé una vez cuando leí tu relato de "sin pies ni cabeza, algo así era creo"....y lo ke yo creo es que eres una persona con muchisimas cosas que contar, cosas qe en tu cabeza tienen una forma muy elaborada y envolvente, cosas muy complicadas, de persona inteligente, vaya, y con gran capacidad de abtraccion (y ya dejod e ser pelota, pardiez ;) pero...y ahora viene el pero, al plasmarlas, palabra tras palabra, saliendod e forma ordenada de tu cabezita, se qedan en un caos denso, dificil de seguir, (o solo practicable por la Elite de los lectores), que no trasmite, ni de lejos, todo lo que tu quieres trasmitir, y que tienes potencial para trasmitir. y ahora vy a hacer un poko de visionario: el dia que la historia no requiera pensar en todo momento; que comienze, por ejemplo con un inicio sencillo, y que luego se deje conducir sola zigzageando entre recovecos de dificil abstraccion y elegante simpleza, para que dejes tiempo entre idea e idea, a, no solo digerir, sino hacer disfrutar al lector (y hacerle senitr, al pobre iluso, extraordinariamente listillo)....bueno, pues cuando llegué ese dia, esa historia, a otros no sé, pero a mi me dejarás enamorado, (y a otros muchos tb...y entonces estarás firmando libros y serás famosa y llevaras gafas de sol aunque llueva o truene.... :| )

pero bno, ya sabes qe así ya gustas, asi que a lo ke te digo plin, qe es muy de valoracion personal...pero bueno, pronunciado al respecto quedo...

un abrazo tormenta;

pido publicamente disculpas a las autoridades por esta chapa

ciao!

tormenta dijo...

CONTESTANDO...
Anónimo: mi vagancia es cosa intrínseca, la tuya es sólo oportunista ;) :*

Klover: Se intentará nena :) pero es que soy una mujer con mucho rollo... y sobre la fuente, es la normal de blogger... no sé jamia ... :P

j.:farragoso... me ha molado. y lo de que me cuento en mis cuentos, también. me conoces, me conoces bien. miedito me da...

Queralt: cerecitas también pa ti, que ya se echaban de menos :)

Carlos: cielo, no eres objetivo, aunque sé que cada una de las palabras que dices para ti son totalmente autenticas. me tratas (mucho) mejor de lo que merezco ;)
un beso mágico para tí.

Juanjo: nene, que no era un ángel, era un buho, un buho... si pongo hasta foto y todo :P

Cloe: ¿qué haría yo sin ti? y sobre todo sin tus comentarios ^^ .me entiendes mejor que nadie.
Y creo que le doy "justo" la que tiene.

Josu: Muchísimas gracias por tu opinión, me ha encantado. La cuestión según mi punto de vista es la siguiente, e intentaré no ponerme pedante. A mi no me gusta que me lo pongan fácil cuando leo una historia, y yo, con mis escasos medios intento escribir los cuentos que a mi me gustaría leer, sin conseguirlo nunca. Los he hecho, cuentos mucho más simples, más sencillos, pero sinceramente escribir de esta manera me llena más en este momento, es una cuestión de rachas. Como no me considero escritora, ni es mi aspiración serlo - soy consciente de mis limitaciones- intento dejarme llevar... aunque he de reconocer que me gustaría al menos llegar a transmitir algo con este pequeño hobbie; si no les llega a todos, no creo que pueda hacer mucho más al respecto, tan sólo seguir escribiendo cuentos cuando me apetezca y tal vez, algún día con un poco de suerte, alguno le cuaje a alguien y se vaya de este lugar con una sonrisa o alguna otra sensación que trascienda aunque sea unos segundos la lectura… Y para nada vas de listillo, un comentario como este para mi es más valioso, sobre todo viniendo de alguien que no me conoce, porque sé que es tomarse un esfuerzo extra que no tenías porqué haber hecho, y tan sólo puedo decir AMÉN.

Gracias.

V dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Anda que yo sin ti.... *_*
Un besito, mi niña

:*

Galamina dijo...

Eso de "y el la siguió por última vez" ha conseguido que se me pongan los pelos de punta...

Buen relato, original. He sentido el frio del bosque y el olor a humedad...

:)

V dijo...

Leí este sueño la misma noche que publicaste. Pensé en dejarte una huella pero luego pensé en regresar para leerlo a la luz del día. Casi me ha gustado más. Enhorabuena, es una delicia.

Respecto a tu forma de escribir, cada cual puede tener su opinión. Yo me quedo con la forma que tú elijas. Pasar por tu hogar cada semana y nunca saber qué voy a encontrarme es algo de lo que no quiero tener que prescindir.

Allá penas, Dama.
Besos.



pd. Borro el antiguo comentario y publico otra vez, y disculpa por las erratas, pues justo contigo son casi imperdonables.

Sara dijo...

Cada vez que vengo a verte lo hago con la certeza de que lo que lea me va a gustar, por eso decirte que me ha gustado es repetirme, pero no decirtelo no tiene ningún sentido...

Un besito guapa

Pd. yo estoy contigo, prefiero que no me lo pongan fácil a la hora de leer un cuento :)

Laura Luna dijo...

Hola, mi dulce vampiresa,
Me he quedado sin palabras. En cada texto que te leo te superas, y me da igual repetir lo que te he dicho muchas veces.

Sueles escribir con frases muy largas, pero esta vez no se me ha hecho complicado leerte. Es más, he gozado mucho con cada frase, con cada descripción. Me has transportado de la mano de esa chica-lechuza misteriosa, y me has hecho desear ardientemente que ese tipo de magia exista en nuestro frío mundo.

En tus escritos hay poesía, magia, sentimiento y sobre todo personalidad, ¿qué se te puede pedir?

Me he enamorado de la chica-lechuza.

Sabes que tú para mí eres una de mis heroínas personales. Cuando te vea la próxima vez, te pediré un autógrafo.

Muchos besos y rosas,
Mun

Angeles dijo...

Me dejaste sin palabras!!!

M.A.R.A.V.I.L.L.O.S.O.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Hola princesa.
Enamorado me he quedado al volver a pasar por tu moraday ver que el candil con el que nos iluminas desde la penumbra no ha dejado de brillar.
A mí me ha gustado mucho. Utilizas muy bien las palabras, las comparaciones y metáforas, tus sueños... A mí no se me hace para nada pesado la acumulación de palabras y adjetivos, aunque sólo sea para describir una cosa, un momento o una imagen: es tu estilo, tu forma de escribir y, además, y espero que todo el mundo que haya leído género gótico/romántico estará de acuerdo conmigo, es cómo es, porque este estilo es así: sin más. Y al que no le guste que vaya a mirarse los cómics del Mortadelo, no??? XD
Muchos besos princesa mía!!! Que la luna nos ilumine entre las sombras!

JuAntonio dijo...

¿qué surge antes, la historia en tu cabeza o las imágenes?
por ahí ya he leído un comentario resumido que resume el mío. Pienso igual que Perséfone..

Y todo fue un sueño.. que la noche le daba cada vez que iba a dormir.. su bosque y los zorros que nunca dejaban verse.. cuando volvió al bosque lo único que se encontró fue con aquella ave nocturna. Y todo fue un sueño.. uno perfecto y otro más con el que nos deleitas.

Ósculos!!

Asrham Rayeuk dijo...

En realidad siempre es un agasajo leerte. Y bueno Panthemonium existe gracias a ti, hoy pense mucho en tu blog por que toda la tarde estuvo lloviendo en Mexico y aun con lluvia fui a caminar al parque, no importo mojarme, solo queria estar en esos dias de lluvia y mojarme, pero lo increible es cuando llego a empaparme de tus letras. Y bueno aprovechare para escribirlo TALENTAZO y siempre me has dejao piedra con tus escritos. Espero no te olvides de ese blog Panthemonium y ahora te escribo del otro.

Anónimo dijo...

Aaay ¡qué mal se me da eso de escribir comentarios de elogios! Y es que no sé muy bien qué resaltar de tu relato. Diré que, como siempre, ha sido un placer visitarte.
PD: Queda claro que era un búho
Saludos