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domingo

de finales y principios

La mano no me tiembla mientras acerco la cerilla al cigarro que cuelga de mis labios, no es que haya aprendido con el tiempo, son las circunstancias que no me han dado alternativa. La sacudo con elegancia para apagar la pequeña llama antes de que ocurra alguna catástrofe. Tú persigues mi movimiento con una leve oscilación de las pupilas, y pestañeas rápidamente: te sorprende. Eso es el tiempo, que pasa; y aunque el color de mi rostro te resulta más ceniciento y mi pelo ha perdido tal vez algo de su brillo, crees reconocerme a pesar del pequeño tatuaje que ahora adorna mi clavícula, en los lunares de mis brazos y en el sonido de mi voz que todavía está fresco en tu memoria. Entonces hablo, mirándote a los ojos, como me gustaba hacer, intentando recrear esa sensación de silencio absoluto a nuestro alrededor que antes practicábamos siempre mientras charlábamos en un café, como ahora, o sumergidos en la acogedora media luz de las velas tumbados en la cama (sin llegar a escuchar jamás aquellas canciones que yo me empeñaba cada tarde en hacer sonar para educar tu perezoso oído, ocupados en otros asuntos más trascendentes). Y tú me miras, escrutándome, sin advertir que me doy cuenta, pensando quizá “¿Es ella? ¿Realmente es ella?” Y sacudes la cabeza para tratar de apartar todo eso de tu mente, no sea que el romanticismo ataque de nuevo y yo lo perciba, no sea que todo aquello regrese para incomodarnos y acallar nuestros labios, y nuestras miradas tengan que desviarse desde los ojos a los cortados que humean sobre la mesa. Y sonríes, feliz y triste al mismo tiempo. Y yo sonrío, triste a secas. Mi mirada se despista y mis ojos comienzan a brillar, tal vez demasiado. Estoy a punto de decir algo como “te he echado de menos cada día” o tal vez “nunca había estado en este sitio”, y tú te pones a temblar, como entonces, preparándote para lo imprevisible de mi naturaleza. Pero yo callo, mirando a mi alrededor en busca de una cara, de un objeto en el lugar, que sea tan impúdicamente trivial que impida que las lágrimas estallen en mis ojos, consiguiéndolo por supuesto, pero odiando con cada partícula de mi ser ese pragmatismo irritante tuyo que tanto me coarta.

Me aclaro la garganta y cambio de tema sin necesidad de que hayamos abierto la boca, y te pregunto cómo es que en una tarde como la de hoy no tienes mejores cosas que hacer que estar con una vieja amiga a la que hace meses, tal vez años, que no ves. Te pregunto si alguien te espera. Y respondes que sí, que hay alguien esperando, pero que en este momento no deseas estar en ninguna otra parte. Y yo sonrío, feliz y triste esta vez, alegrándome de que el tiempo haya pasado, de que existan esas personas que aguardan nuestro regreso con una sonrisa en los labios. Pero apenada también, por no ser yo la que te espera, porque ya no eres tú él que me está esperando.

Al hilo de la iniciativa de "El cuentacuentos"

Imagen: kokoindigomoon

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17 Se mojaron.

Anónimo dijo...

Esa sensación de que todo ocurre a destiempo nos acosa a todos alguna vez pero es ficción.

Las cosas suceden, y punto, y si lo hacen es por algo.
La vida es un campo de juego y los recuerdos hay que atesorarlos siempre mientras no nos lastren.

Un dulce beso de este desaparecido que te echa de menos y te recuerda, te recuerda y te recuerda para bien.

j.(tad)

Anónimo dijo...

Si dice que "en este momento no desea estar en ninguna otra parte"... y se pregunta lo que se pregunta, por mucho que quiera apartar de su mente ese pensamiento (y otros similares...) yo apostaría a que sí, a que es ella.

Y... ¿y si fuera ella? ;)

Me marcho enamorada de los personajes y de su historia. Me gusta lo que he podido saber de ellos y me gusta esa sensación de querer saber más pero, al mismo tiempo, de no querer tirarles de la lengua porque la esencia de lo que les une, de lo que son "ellos" es más que suficiente.

Si me tocara ejercer de profe aquí... un 11 se me quedaría muy corto.

Un besote muy gordo wapa!!

P.D. Como fiel seguidora de tu forma de narrar, contar, expresar y ser capaz de "llegar", he querido seguir tu sugerencia, pero no he sido capaz de dar con "La máscara". Me sonaba la revista; en su día me leí el Nº1 pero... no consigo poder leer lo que me dices. Sé que tendría que estar en alguna parte porque como he leído, vosotros votáis y para poder hacerlo en algún sitio tendréis que leer los escritos. ¿O será que para los demás no es accesible hasta que no se publique el Nº2? Dime algo, ¿sí? Que tengo ganas de leer y, sobre todo, de saber porqué me recomiendas precisamente eso y no otra cosa. Otro besote!!

Anónimo dijo...

Me ha gustado los matices que diferencian la forma de pensar de cada personaje. En mi opinión (al contrario de lo que opina María) los personajes se encuentran más distantes de lo que pued parecer. Tal vez el chico esté muy a gusto esa tarde pero tiene muy claras sus preferencias. Si no es más esplícito tal vez sea por deferencia con la chica o por ese gusanillo que recorre siempre nos recorre cuando conocemos los sentimientos del otro.
Como siempre, y como cada semana, parada obligatoria para leerte. Siempre un placer.
Saludos

Anónimo dijo...

Bueno bueno, debería revisar lo que escribo antes de publicarlo... Un desastre, pero supongo que se entiende lo que quiero decir.
Saludos de nuevo

Anónimo dijo...

La expresión de tu melancolía es preciosa. Tal y como te comento siempre me encantas en más de un sentido.

Te envio un beso y un abrazo de esos que a ti a mi no gustan ( :O )

Ps. Vengo del blog de un gilipollas, uno de esos que se nota que hace años que no sale de casa ni para echar un polvo pagando, pero que se dedica a decir que todas las actrices y cantantes son feas y vulgares, y que además, le dan pena. ¡¡Puto mequetrefe!! voy a pasarme refunfuñando todo el día... ¡Menudo especimen! pensar que existe gente así es para amargarse... ¿Internet? BuuuuuH!!!!
jajajaja Tú me entiendes ;)

Indi dijo...

Heme aquí, la madre de la "perra fontanera" ;) Hace mucho que no te veía, me alegro de reencontrarte.

Sigues escribiendo tan bien como siempre, que no me cabía duda :).

Un besazo

Juanjo Montoliu dijo...

¡Qué manera más bonita de ver la vida tienes siempre! Incluso este encuentro agridulce consigues que llegue muy dentro, que lo sintamos como si fuera nuestro. Seguramente porque alguna vez hemos pasado algo parecido, y las sensaciones que nos cuentas son las que entonces sentimos.

Todo un placer leerte, como siempre.

Un beso, encanto.

Anónimo dijo...

Una forma magnífica de relatar el paso del tiempo, de una tarde de café, y de las sensaciones de antiguos "¿enamorados? o algo así".

A ella la veo independiente, madura y melancólica. Él está sorprendido e inseguro, es como si se encontrara con algo que no esperaba. Él sigue siendo el mismo, y ella es la que ha cambiado, pero en el fondo ambos saben que ella se oculta tras una coraza, y que todo es como antes pero con diferentes matices.

Una historia muy bonita.

Jan Lorenzo dijo...

Ahora tengo lágrimas en los ojos y las han echo aparecer esa útlima frase que has escrito, porque ha sido la que ha puesto mi alma de vuelta y media...

"Y yo sonrío, feliz y triste esta vez, alegrándome de que el tiempo haya pasado, de que existan esas personas que aguardan nuestro regreso con una sonrisa en los labios. Pero apenada también por no ser yo la que te espera, porque ya no eres tú el que me está esperando..." Ainssss... Me has echo sentir peke...

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

V dijo...

El tiene suerte. Probablemente lo sabe. Con seguridad bajo esa apariencia de tenerlo todo controlado,manteniéndose en su lugar, su corazón está gritando tan fuerte que le extraña que ella no pueda oirlo aun estando al otro lado de la mesa.

Dama... ¿Que decir? Precioso.

Pugliesino dijo...

El sonido del silencio en el tiempo detenido.Tal energía, sensibilidad, genera, que no caben mas palabras en el texto que las que lo forman.Es un relato extraordinario.Es alma.
Un beso hadina

te estresho contra mi pesho .p

Mitch dijo...

Increible tal melancolia, y el escrito te invita a leer y leer y seguir leyendo. El diseno de la pagina me fascino y que se diga de las ilustraciones y fotografia.

Podria incluir en mis paginas un link a la tuya?

Anónimo dijo...

Siempre estarás en mis sueños, en el corazón.
Tira del hilo que esto no se acaba aunque se acabe.

Siempre y lo sabes.

tormenta dijo...

¿¿¿¿...????

Anónimo dijo...

Hacía bastante tiempo que no me pasaba por aquí, y qué puedo decir, es aún mejor de lo que recordaba. Porque ya no eres tú el que me está esperando. Me encanta ^^

Popi dijo...

Es este texto como un río, que se estrecha y se agranda, en el que quedas atrapado, del que te liberas con el punto final, quedándote empapado por su esencia melancólica. Las palabras fluyen. Y llueve, para que no se quede sin agua.
Gracias por escribir tan bonito y profundo.
P.D.-Lío de faldas resuelto. :P
Un beso brujita buena.

Laura Luna dijo...

Dices que soy una de tus heroínas personales, y lo cierto es que me gustaría escribir como tú, que encuentras la poesía en cada detalle cotidiano y lo haces mágico, ya lo sabes... Es precioso cómo acaricias una vieja amistad en este relato. Todo sentimiento. Como tú.
Muchos besos, reina Tormenta,
Mun

PD: Estoy algo mejor :) Me emocionó mucho tu comentario, y me dio aún más fuerzas. Mil gracias, preciosa :D