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martes

cuento y medio.

forest__s_spirit_3__beginning__by_cha_feily

Irián recorría los caminos tras la carreta de Esmeralda. Durante la primavera y el verano, la bruja tenía por costumbre atarle un nudo corredizo alrededor de las muñecas para que la niña no escapara. Intuía, sabiamente, que existían más posibilidades de que Irián se volviera inquieta cuando el sol caldeaba los campos y las noches eran tibias. En invierno no habría sobrevivido una sola madrugada, y a pesar de su corta edad y su estado salvaje, era lo suficientemente lista como para entenderlo.

Esmeralda era una mujer de mediana edad, aún hermosa pero temible. Era lo que en aquel tiempo llamaban una hechicera, una hembra fuerte que, en contra de todas las costumbres, había ido más allá de la brujería que solían practicar las mujeres, estudiando las llamadas “Artes de los Sabios” reservadas únicamente a los varones. Considerada excepcional tanto por sus dotes para la sanación tanto como por la invocación a los muertos, su reputación y talento eran reconocidos y respetados en su tierra por todos aquellos que se consagraban a la magia en cualesquiera de sus disciplinas, tanto o más que los de cualquier Hombre Sabio. Al principio, molestó a algunos, pero los pocos que osaron dudar su innegable clarividencia, acabaron siendo seducidos, no por la bruja, sino por la mujer. Esmeralda era poderosa e inteligente pero sobre todo, implacable; y no dudaba en utilizar sus encantos allí donde sus capacidades no hacían mella.

Irián, sin embargo, no cayó presa de su hechizo. Detestaba a la bruja a pesar de no haber conocido otra familia y llevar más de media vida caminando tras su carreta. La había tomado como esclava cuando apenas contaba con cuatro años. En el pueblo donde la encontró, le solía recordar, dijeron que la niña había sido concebida por el mismísimo diablo, que estaba maldita. Esmeralda pagó unas pocas monedas de cobre a su madre, que aceptó gustosamente, y se llevó a Irián. Todos se preguntaron por qué una mujer tan sabía como aquella había gastado su oro por tal compañía. La niña también se lo había preguntado en ocasiones, sin llegar tampoco a conclusión alguna.

Era cierto que Esmeralda utilizaba habitualmente a Irián en sus rituales. En determinados momentos, siguiendo al pie de la letra las instrucciones de la bruja, la niña se ponía junto al fuego y soplaba con fuerza, o bien, metía sus dedos en el cuenco de agua de las visiones, tras lo cual Esmeralda miraba, entraba en trance y hablaba con los muertos. Aun considerando que era un simple accesorio más en las representaciones de la hechicera, Irián participaba gustosa; en aquellos momentos su dueña le permitía usar un viejo manto verde que ella había desechado, y así, abrigada y atenta, la niña disfrutaba de unos breves momentos de protagonismo.

Una tarde, en un pueblo del norte, apareció, justo cuando habían terminado de instalarse, un hombre que deseaba hablar con la Esmeralda. Su piel era oscura y sus ropas y su rostro, extraños. Irián percibió de inmediato -aunque no habría sabido decir por qué- que se trataba de un Hombre Sabio. Su dueña lo invitó a sentarse junto al fuego y compartir su comida; después de haber atendido a las gentes del lugar, hablaría con él.

Esmeralda, intuyendo lo mismo que Irián, aquella noche trató de hacer alarde de todos sus poderes. Curó a un ternero enfermo y expulsó a los malos espíritus de la casa de un hombre anciano que se quejaba de los duendes no le dejaban dormir. Bendijo a varios bebes y les dio un nombre. Alivió dolores, aplicó cataplasmas en las cicatrices de las bestias, predijo que la cosecha de maíz sería buena si rociaban antes los campos con las sangre de los roedores que se comían el grano… todo ello haciendo uso de Irián, que se sentía pletórica, pues participó en todos y en cada unos de los hechizos que realizó su dueña.

Cuando la gente se fue dispersando para regresar a sus hogares, Esmeralda tomó su lugar junto al fuego, muy próxima a su invitado. Ambos, permanecieron largo rato en silencio, contemplando las llamas. Irián, sintiéndose tan ignorada como de costumbre, sospechaba que veían algo, y presa de la curiosidad, se concentró en ellas. El sosiego de la brisa y el dulce crepitar de las ramas la fueron adormeciendo poco a poco. Las lenguas de fuego acariciaban la oscuridad de la noche con miles de formas. Intentó ver en ellas alguna de las señales de las que había oído hablar a Esmeralda, pero sus ojos cansados y calientes por el esfuerzo, las atravesaban. Notó como el fuego crecía pero no le dio importancia, el calor la reconfortaba. Sabía bien lo que era pasar frío en las noches de invierno y agradecía su calidez, aquella quemazón que tonificaba sus miembros que tantas noches habían pasado al raso. Las llamas continuaron ascendiendo, hinchándose, ensanchándose en la noche, regalándole su calor…

-¡Irián, basta!

La niña salió de pronto de su cálida ensoñación, sin comprender bien a qué venía aquella advertencia. Esmeralda la taladraba con una furiosa mirada, mientras que su acompañante esbozaba media sonrisa tras el fuego, ahora convertido en apenas unos exiguos rescoldos.

-Arrópate bien con el manto –le dijo la hechicera.- Esta noche no dormirás junto a la lumbre.

Y sin añadir nada más se encaminó hacia la carreta para pasar la noche. El extraño la siguió tras unos segundos, dedicándole antes una enigmática mirada que Irián no supo cómo interpretar.

La niña se sintió confundida y malhumorada. Deseaba con toda su alma conocer los asuntos que habían llevado a aquel extraño hombre hasta ellas, pues eran escasas las distracciones con las que se topaban en su deambular, e Irián había llegado a ese punto en el que la imaginación y la curiosidad eran su único consuelo. Resignada, cogió el manto y se dispuso a dormir lo más alejada posible de la carreta. Los sonidos y los suspiros ahogados que salían de ella cada vez que algún hombre visitaba a la bruja, siempre la incomodaban, pero aquella noche le resultaban especialmente desagradables. Se quedó dormida con las imágenes de la velada dando vueltas en su cabeza: los ojos de aquel hombre de tez oscura, su cara huesuda como la de una calavera.

Un pequeño empujón la despertó horas más tarde. Era el hombre, que llevándose un dedo a los labios le indicó que guardara silencio y lo siguiera. La niña se desperezó deprisa y corrió tras él sin pensárselo dos veces. Una vez que estuvieron más allá de los límites del bosque, el hombre se detuvo y habló así:

-Mi nombre es Giafar. No debes olvidarlo.

-No lo haré –Asintió Irián.

-Observa.

Sacó un pequeño artilugio del bolsillo de su túnica, una especie de punzón plateado que resplandecía como una joya a la escasa luz del alba. Lo cogió con fuerza y apretó la punta contra la palma de su mano hasta que empezaron a manar unas gotas de sangre -Irián lo observaba hechizada y apenas se sorprendió de que se hiriera- Giafar dio entonces la vuelta a su mano y las gotas de sangre se precipitaron al suelo. La niña pudo ver como allí dónde caía el líquido, unas pequeñas mariposas azules nacían de la tierra y empezaban a revolotear perezosamente a sus pies.

Giafar no prestó atención a la sorpresa de Irián, y cogiéndola delicadamente por el mentón, la obligó a mirarle a los ojos.

-Esto es magia y no lo que ella hace –alzó su mano e Irián pudo ver como en su palma no había ni un rasguño.- Esto es el poder, y debes aprenderlo, porque algún día él vendrá a ti, con más fuerza de la que puedes soñar, y deberás elegir entre utilizarlo o dejar que los demás lo utilicen por ti.

Irián había visto muchas cosas en su corta existencia, pero lo que salía de las manos de Esmeralda, todos los portentos que tantas veces la vio obrar, le parecían viciados y corruptos en comparación con aquellas mariposas centelleantes y violáceas que aleteaban alrededor del rostro de Giafar.

-Llévame contigo –suplicó.

El hombre se alejó unos pasos.

-No, debes seguir tu camino, con ella. Pero llegará el día que harás tuyo tu poder y nunca más volverá a utilizarte. Y entonces, no antes, nos encontraremos.

La niña no se atrevió a discutir; se limitó a intentar coger entre sus manos a una de las mariposas. La cazó al primer intento, pero al abrir el puño, cerrado lo justo para no herirla, la mariposa se desvaneció entre sus dedos con un dulce destello plateado. Igual que Giafar, que también había desaparecido entre los árboles, al alzar la vista, como si hubiese sido un sueño.

Y los años pasaron y aunque no volvió a verlo, se encontraron; Irián lo reconoció por su nombre.

Y por su nombre, Irián, fue conocida.

Juego de cretividad para "El cuentacuentos"
Imagen: Cha_feily

Creative Commons License

28 Se mojaron.

Anónimo dijo...

:O
¡qué bonito!
Este es uno de los cuentos que más me han gustado (aunque gustarme me gustan todos, bien lo sabes ^^)
Felicidades por la narración.

¡Un besote!

JT dijo...

¡Muy bonito, Tormenta!

Y eso que el género fantástico no es mi fuerte. Me gusta el tono que le has dado al cuento, y ligero el toque de misterio...

Anónimo dijo...

El ritmo es algo sinuoso pero el relato mejora, y mucho a medida que avanzas. Por otro lado el final me ha gustado, es como un broche de oro que te deja soñando y con ganas de saber más sobre el futuro de Irián, que imagino apasionante
(¡es que no puede ser de otra manera!)
Los personajes que fabricas siempre están cargados de magia y misterio..
Entonces debes tenerlo muy claro canija. Que no me aburro, que esto para mi es todo un placer.
Y la semana que viene, sin falta aquí me tendrás! jurjurjur:P

:*


:^P


psdt. No te das ni cuenta...

Anónimo dijo...

Por cierto... ¡¡¡¡brujas!!! x)
Yupiiiii!

tormenta dijo...

Ya sabía yo que te iba a molar, por lo menos, la temática ^^. Quería escribir un cuento de buhos y lechuzas, pero nada... que no sale :P

Jara dijo...

Quiero más. No pensé que acabaría ahí. Me ha gustado mucho. Ayer lo empecé y lo tuve que dejar... Pero ahora con más tiempo me ha enganchado esa niña.
Fantásticamente narrado como siempre.

No busco las palabras, espero que no te importe.

muchos besos Tormenta. Cada vez que paso por aquí es una diferente.

Anónimo dijo...

Yo tampoco busco las palabras porque todas en conjunto forman ya un bello diccionario mágico, como lo que has escrito.

Sí que me ha enganchado hasta tal punto que el final se me ha hecho muy rápido. Me gustaría que lo continuaras, que le dieras un futuro a la niña y que consiguiera vencer el poder que Esmeralda tiene sobre ella.

Un muy bonito relato, como todos los que escribes.

Chapeau et bisous!

Bea dijo...

Nuevo diseño y nueva dirección para el 2008

Feliz navidad y próspero año nuevooooo.

Besazos!!!

Pedro dijo...

¡Maravilloso!

Has conseguido encandilarme de principio a fin. Vaya historia más bien contada. Consigues que las palbras te envuelvan y que esa atmósfera de fantasía( con un puntillo oscuro, no esparaba menos) se desarrolle al máximo. Pero claro, pese a ese final tan bueno y redondo (Qué vaya dos frases, para inspiración la tuya), parece más el principio de una saga de cuentos que un cuento solitario ;)

Un abrazo,

Pedro.

Pugliesino dijo...

Rasgas un instante tu mente y caen unas gotas de inspiración de cuyo contacto con el papel se transforman en palabras que se unen en una bella narración, fantasía,magia y contenido.
Un placer leerte.
Un abrazo!

Ameba dijo...

ke hermoso kuento :) besos

Jan Lorenzo dijo...

Mágico y hermoso... Una convinación a la que nos tienes muya acostumbrados...

Siempre me voy de aquí con una sonrisa en los labios.

A ver cuando nos hacemos algo juntas...

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Anónimo dijo...

Me gusta la historia; me gusta el personaje de la niña y me gusta el "tono" que has empleado para contarlo todo. En cierto modo (y si te soy sincera), echaba mucho de menos leerte algo así. Porque lo veo como "muy tuyo" y últimamente me habías descolocado cambiando mucho de registros y temáticas (que no es que no me gustasen -algunas están entre mis favoritas- pero no eran de esas historias que sólo con leer el principio te dices: "esto es made by Tormenta" ;)

Besotes y aplausos a montones wapa!!

Anónimo dijo...

He disfrutado de la lectura. Aunque es un cuento algo disperso, la sutileza y la delicadeza con la que está escrito en algunos momentos, lo compensa.

Se nota que escribes sobre la marcha, sin pensar el cuento antes, a saber, planteamiento, nudo y desenlace. Son imágenes que se agolpan una tras otra, extraídas sin cribar, directamente de la imaginación. Le aportas un trasfondo literario porque sabes expresarte bien por escrito, pero todavía falta algo de entidad y coherencia.

Si caótica me gustas, concentrada me gustarás más, pero quizás tu no disfrutes tanto escribiendo.

Un beso, cielo.

Juanjo Montoliu dijo...

Bueno, ahora sí que se puede decir que has vuelto. Con todas las de la ley.

¿Sabes? Me resulta muy fácil meterme en tus cuentos. Es empezar a leer y mi imaginación vuela.
Debes haber disfrutado bastante escribiendo esta historia; aunque seguro que se te han quedado cosas en la cabeza que no has podido o querido escribir. ¿A ti no te pasa?

Es todo un placer leerte.

Aprovecho para desearte mucha suerte y felicidad para el próximo año.

Feliz Navidad, encanto.

Besos.

tormenta dijo...

mondrian: .... bien podrias... ^^ habérmelo dicho en directo, digo yo :)
el relato no tiene más pretensión que el de contar unas cuantas cosas que surgieron por mi mente, y no perder la práctica de narrar ( que lo voy dejando, lo voy dejando, y me pongo obtusa). pero lo cierto es que disfruté mientras lo escribía, (a pesar del lio de telefonos y todo el rollo... y de que se me fue lo que tenía escrito dos veces!) en fin, que gracias amor por ser constructivo, me gustan estos comentarios, y más si son de alguien a quien aprecio tanto.

yol

Anónimo dijo...

Me gusta mucho, tormenta.

En esta ocasión, además de tu habitual capacidad de cambiar mi estado emocional con tan sólo un par de parrafos, me queda la sensación de haber leído algo muy bueno.

No que yo sepa mucho de literatura.. pero si se cuando algo 'me llega' y me gusta.

Tras pasar el día leyendo, parece que me he dejado lo mejor para el final. Gracias, una vez más.

Sólo siento que me haya venido a la mente Cheng Pei-pei en el papel de bruja y esto le haya restado un poco de erotismo a ciertas escenas..

(abrazos)

Marisela dijo...

No sé porqué, pero te he imaginado un poco como Irián. Quizás sea por el comentario que me dejaste o bien, porque desde luego has tenido que desarrollar mucho la gran magia que posees, para escribir preciosidades como ésta.
No sé las palabras que has usado en el juego, tampoco me importa un pimiento. Lo único que te puedo decir es que me has emocionado y me voy creyendo más en toda esa fantasía que nos has regalado y que a mí me hacía especialmente falta.
Gracias Tormenta. Espero que a tí también te envuelva la fantasía y la armonía por partes iguales esta Navidad y vuelvan a ser para tí lo que un día fueron.
Un abrazo muy fuerte.

Popi dijo...

Hola Yuleeee!
Ay, qué bien volver a leerte; la normalidad se instala en mí, aunque ahora leeré los findes por falta de tiempo. Es lo que tiene eso de currar. :P
Qué decirte niña, que se me ha quedado grabada la imagen del punzón plateado, la sangre y las mariposas. Buenísimo. Mucha imaginación. No la pierdas, eh? Quizás el final sea muy a saco, y quizás deberías retocar un par de cosas que he visto, pero ya sabes que yo soy de los que piensan que eso sólo lo debe hacer el que lo escribe, así que nada.
Y avisadme para los del 29 o cuando sea porfis, que no quiero perderme el cotarro.
Un beso grande, guapa.
:)

Angeles dijo...

Leerte me transporta a mundos desconocidos. Leerte me lleva mas allá de mis propios límites. Tienes tanto talento como esta niña hechicera!!

Besos y feliz navidad y mis mejores deseos para el año que comienza.

El Peregryno dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Peregryno dijo...

Un cuento de búhos y lechuzas sería estupendo, Tormenta, esperaré impaciente...¡No lo dejes!Que tengas buen final de año,y mejor comienzo del siguiente.

Pugliesino dijo...

Que este nuevo año te proporciones innumerables buenos momentos, felicidad y que no cese la tormenta nunca!!
Un enorme abrazo

Lintu dijo...

relato de brujas y magia!! me encantan, lo adoro desde que tengo uso de razón y tú, como siempre, los haces aun mas magicos de los que ya por si son. me ha intrigado ese extraño hombre capaz de hacer brotar de su sangre mariposas.

por cierto, por fin e conseguido hacer el blog, es que había tenido problemas con la cuenta, asi que hasta que windows msn deje de hacer tonterias XDD me paso a los blogs ^^

kayla dijo...

madre como escrives

te conozco desde que estabas en los spaces

me alegro de haberte vuelto a encontrar

Vade Retro dijo...

Traigo hasta tu espacio mi brebaje de absenta para desearte que el cielo te regale todo cuanto anhelas en este nuevo año amiga.

Laura Luna dijo...

¡¡¡¡OhDiosmíoquéfuerte!!!! ¡Me funciona el Zorrón de Fuego! :P

Y gracias a ello, he podido releer un cuento tan bonito, con tu perfecto estilo narrativo :) Me encantan los personajes; tienen mucha personalidad y mucha magia, y no porque practiquen esa magia :P

Me gusta Irián, y el empujoncito que Giafar le da :) Lo necesitaba ;)

Te gustan los personajes que se superan a sí mismos, ¿no? ;)

Un besote, dulce vampiresa... Yo también te echo de menos... :( (})

Mun

Pugliesino dijo...

Espero que haya empezado muy bien el año para ti y pronto pueda leer relatos tuyos de nuevo.
Un abrazo!