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lunes

La dama en el espejo ( 2ª parte )

Masquerade_by_asialivY allí estaba, entre sus manos temblorosas, la pequeña tea con la que Hannah encendería los aros de fuego a través de los que saltaría el acróbata. La habían elegido entre el público y la niña había accedido encantada, por supuesto secundada por la atenta mirada de su abuela que sabía lo insensato que era dejar que la pequeña se acercase a cualquier tipo de fuente de calor. Muy despacio, y de forma sorprendentemente ceremoniosa, arrimó la llama a la superficie impregnada de combustible: el resplandor dorado se extendió como una exhalación. Cuando los tres aros estuvieron prendidos, la gente aplaudió.

Mientras tanto, Jack seguía perdido en los ojos de la mujer enmascarada, que continuaba paseando entre el gentío aparentemente serena, pero a la vez alerta, procurando que no cesara entre ambos el contacto visual. En su corta existencia nunca había experimentado nada parecido, los mayores no solían llamar su atención; pero a pesar de que no había visto a aquella mujer antes, algo en su enigmática expresión, en su forma de sonreír, le resultaba insólitamente familiar. Pensó en su madre, mil veces le había advertido acerca de los desconocidos, él trataba de no descuidar todas las cosas que ella le había enseñado. Aún así, aunque en muchas ocasiones hasta él lo olvidara, Jack era un niño, un niño muy pequeño, y por esa misma razón la curiosidad solía ganar la partida a cualquier otro tipo de consideración. Además, la situación era propicia pues su abuela apenas le vigilaba, estaba demasiado pendiente de la atolondrada Hannah, a la que sujetaba protectoramente de los hombros, mientras la niña festejaba y reía ajena a todo.

-¿Eres Jack?

Aquel susurro, procedente de algún lugar a sus espaldas, le sacó de forma repentina de sus pensamientos. Se dio cuenta que durante un instante la había perdido de vista; antes de volverse, supo que era ella.

-Tengo un recado para ti.

Sus palabras le impresionaron tanto como su presencia y su voz, que era como la miel al deslizarse por la garganta. Estaba ligeramente inclinada para acomodarse a la altura de sus ojos, y tenía una jovial expresión dibujada en la cara.

-Dile a tu abuela que regresarás enseguida y sígueme.- Y sin decir más, la mujer desapareció entre la muchedumbre.

Jack apenas tuvo tiempo de pensar, se limitó a tratar de convencer a su abuela para que lo dejase marchar, asegurándole que iría a comprar un dulce para Hannah y que volvería enseguida. Parecía preocupada, pero finalmente accedió. Allí le esperarían.

El pequeño salió corriendo, temía haberla perdido. El gentío se agolpaba para ver los distintos espectáculos, él los sorteaba como podía. De puntillas indagaba entre los rostros de la gente en busca de aquel semblante enmascarado. Por fin distinguió la figura de la mujer al final de una de las arterias principales de la feria. Parecía esperarle, quieta y tranquila, sin embargo el corazón de Jack comenzó a latir con fuerza a medida que se aproximaba.

Su sonrisa inalterable lo cautivaba, y a la vez, lo intimidaba un poco.

-Me alegro de haberte encontrado tan pronto Jack. Su voz volvió a estremecerle. Las luces doradas le pulían la piel, que brillaba como la cera acentuando su palidez.

-¿Cuál es ese recado? Acertó a preguntar. La mujer sonrío misteriosamente.

-Para saber de qué se trata tendrás que seguirme… -Jack dudó un instante mirando a su alrededor con inquietud.- ¿No tendrás miedo?... Oh, no temas… no tienes nada que temer.

De cerca la máscara dejaba a la vista sus ojos, que eran de un intenso verde esmeralda, como la hierba reciente, un color que Jack nunca había contemplado en la mirada de nadie. Aquellos ojos, la dulce tesitura de su voz, su apacible gesto y su misteriosa apariencia, lo hipnotizaban sin remedio.

-Ven, debemos apresurarnos, no queremos que tu abuela se preocupe ¿verdad?. Tras decir aquello la mujer echó a andar. Jack la siguió sin rechistar.

Caminaron poco tiempo, tomaron una estrecha callejuela en dirección a una de las atracciones menos concurridas y más apartadas de la feria. En lo alto, una azulada luz de neón la anunciaba como La Casa de los Espejos.

-Bien, a partir de ahora tendrás que seguir tú sólo. –Sacó de un bolsillo un pequeño ticket e hizo un gesto en dirección a la puerta, donde un hombre muy viejo con un parche en un ojo leía tranquilamente el periódico. Lo puso en la mano de Jack, que observaba intrigado.- No te preocupes, si me necesitaras yo iría enseguida. Y ahora, adelante. No tengas miedo.

Jack no tenía miedo, cerca de ella se sentía tranquilo. Antes de echar a andar, preguntó:

-¿Puedo ver tu rostro?

-No es mi rostro lo que necesitas ver pequeño- La mujer le acarició con dulzura la mejilla, en su expresión había una ternura infinita.- Una cosa más, cuando estés dentro, no debes pronunciar ni una sola palabra. ¿Te acordarás?

Aunque no comprendió el significado de aquello, el niño asintió. Sonrió tímidamente a modo de despedida y se dirigió sin más demora hacía la puerta, donde entregó el ticket al viejo, que con un gruñido incomprensible accionó la palanca que desplegó el hueco de la entrada. Tras ella, la oscuridad era casi total, un tenue reflejo blanquecino parecía aproximarse desde muy muy lejos. Jack se adentró en las sombras sin mirar atrás.

Caminó entre tinieblas durante varios minutos, intentaba orientarse tanteando las paredes que lo flanqueaban. Al parecer avanzaba a través de una serie de angostos pasadizos. Por fin aquella fantasmal luz, si es que se podía denominar así, fue haciéndose cada vez más perceptible, hasta que se encontró en una estrecha cámara completamente iluminada. En ella había dos pequeñas puertas cerradas pensadas para alguien de su tamaño; en una, de color azul cielo, en grandes letras negras y brillantes, había escrito: “pasado”, mientras que la otra, de color verde hoja, decía: “futuro”. Jack no se lo pensó dos veces y atravesó la puerta de color azul.

Detrás, había una enorme sala cuajada de espejos de distintos tamaños y formas. El suelo y el techo también estaban compuestos de translúcido azogue. Algo desorientado, comenzó a andar rodeado de decenas de curiosos reflejos de sí mismo; mientras caminaba intentaba comprender inútilmente la disposición de aquel lugar, que visto desde fuera parecía muchísimo más pequeño. La mayoría de los espejos deformaban su figura; en unos, era mucho más pequeño, en otros, parecía una persona mayor, casi anciana. Algunos le mostraban su imagen vuelta del revés, inclinada en diversos ángulos, incluso moviéndose al contrario de la realidad. Los había de diferentes colores, con las superficies ondulantes y lisas, a veces tan opacas que apenas podía verse reflejado en ellas. Otros, que parecían elaborados en plata líquida, cristalinos y brillantes, no le devolvían figura alguna, era como si hubieran sido fabricados para reflejar la nada.

Siguió avanzando y al final de la sala uno de ellos, de gran tamaño, llamó poderosamente su atención. Parecía inundado de una luz dorada, como si fuera una ventana a través de la que entrase el sol de la mañana. Estaba ligeramente apartado del resto. Jack se situó frente a él.

Vio su propia sombra resplandeciente, blanqueada por un brillo muy luminoso que parecía envolverlo. Miró a su alrededor en busca de aquella claridad, pero no la encontró por ninguna parte. Curioso, acercó su mano lentamente, el espejo parecía desprender una dulce calidez. Al rozar con los dedos la delicada superficie percibió una leve sacudida que lo recorrió de arriba a abajo llenándolo de un agradable bienestar. El niño alzó la mirada esperando encontrarse con sus propios ojos, sin embargo encontró otros, los de su madre. Aquellos ojos del color azul pálido del cielo, le miraban desde el otro lado llenos de amor.

La sorpresa fue tan inmensa, que muy al contrario de lo esperable, Jack permaneció inmóvil, incapaz de pestañear. Mientras, ella le sonreía con dulzura; parecía tranquila y feliz, muy diferente a la última vez que la vio. Adivinando lo que a continuación haría su hijo, se llevó con ligereza un dedo a los labios: “Shhhhh” susurró, pero aquel murmullo no fue audible, Jack lo tuvo que escuchar con el corazón. Recordó que no debía pronunciar ninguna palabra. Sin embargo la mirada de su madre pareció ensombrecerse y supo que apenas les quedaba tiempo. Con un gesto ella le indicó que acercase de nuevo la mano al espejo. La superficie, caliente, se reblandeció al tocarla. Al mismo tiempo, al otro lado, la mano de su madre rozaba aquella misma zona. Jack sintió de pronto el tacto frío y el peso de algo en ella. Era un espejo ovalado, minúsculo, del tamaño de un broche, con un fino marco de plata labrada. Emitía un suave destello.

La figura de su madre comenzó a desvanecerse poco a poco, y por primera vez aquella noche, el niño sintió miedo. Sin embargo ella continuaba sonriendo, y su cara era el reflejo de una inmensa paz. Mirándolo a los ojos puso la palma de su mano sobre el cristal. Jack puso la suya encima; e hizo todo lo posible por intentar sonreír mientras su madre volvía a desaparecer para siempre.

The_Grey_Lady_by_DellessannaEsperó unos instantes, inmóvil, con la mirada clavada en su propio reflejo.

Guardó con cuidado el pequeño espejo en el bolsillo y echó a correr sin mirar atrás en busca de la salida. En la calle, anhelaba encontrar a la mujer enmascarada, deseaba abrazarla y darle las gracias por todo, pero allí no le aguardaba nadie, incluso el viejo de la puerta había desaparecido, en su lugar una muchacha mascaba chicle mientras hacía un crucigrama. Ni siquiera le miró.

De vuelta, se detuvo para comprar tres enormes algodones de azúcar. No podía calcular el tiempo que había transcurrido, y se sentía angustiado por su abuela y su hermana que en aquel momento debían estar buscándolo por todas partes. Asombrosamente, las encontró en el mismo lugar donde las había dejado, ambas sonrientes y aplaudiendo las piruetas con las que les deleitaba el hombre de fuego, como si apenas hubiesen pasado unos minutos. Antes de que descubrieran su presencia, el pequeño introdujo la mano en el bolsillo para asegurarse de que todo aquello había sido real.

Su abuela lo recibió con una gran sonrisa y le revolvió el pelo como de costumbre, Hannah le dio un beso, muy contenta con su algodón.

Jack pasó su mejor noche en mucho, mucho tiempo, tanto que ya ni se acordaba.

Fin.

Al hilo de la iniciativa de "El cuentacuentos"

Fotografía 1: Asialiv Fotografía 2: Dellessanna

(Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)

24 Se mojaron.

Anónimo dijo...

Madre mía! Pedazo desenlace!! Me ha encantado!!!! De verdad, cuando Jack entró en el cuarto de los espejos intuía que iba a reecontrarse con su madre, y así sucedió, que bonito!!

Sin emabargo, aquel pequeño espejo que le regaló...para qué era? Vería siempre a su madre reflejada en él?? Hummmm

Me ha gustado mucho, como siempre. Encantado de leerte de nuevo ;)

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Ainssssssss... ¡qué bonito! Yo al principio (la semana pasada, jejeje) pensaba que la mujer de la máscara sería su madre que, en realidad, no había muerto o que ahora era un espíritu o vete tú a saber qué... Pero bueno, el caso es que tan desencaminada no andaba, ¿no? alguna relación si que tenía con la mami del prota! ;P
Me ha encantado nena, como cada semana...
A simple vista parece un relato muy largo, pero se lee de un tirón y como si nada...
Mil besos y mil aplausos por tu historia!

Anónimo dijo...

Una historia preciosa, pero demasiado corta.En serio. Deberías haberla exprimido más porque la idea se lo merece. Seguro que te has dejado algunas cosillas en el tintero, o no? :P
Aún así, y para que no me odies más de lo que lo harás(jajaja) me lo he pasado bomba leyéndote, como siempre. Y no es para cumplir. Sabes que no me va eso. Sabes que me encanta tu imaginación y tu forma de plasmarla a base de detalles minuciosos y delicados. Me introduces en tu mundo, y admiro a la gente que me abre las puertas de su mente con historias como esta. Por eso te doy las gracias y un besito.

Hwell.

Juanjo Montoliu dijo...

Tienes una forma de relatar mágica; no porque hables de magia, sino porque eres capaz de convertir tus palabras en imágenes. Mientras te leía, era capaz de ver a ese niño tocando la superficie caliente del espejo, viendo la imagen sonriente de su madre, ...
Este cuento, ¿termina aquí?, porque queda otra puerta por cruzar, y un puente hacia el pasado, tal vez para volver.
Espero impaciente.

Óscar Sejas dijo...

Un grandísimo desenlace como ya es propio en tus historias, tus relatos. No había leído la primera parte pero después de haberme leído esta segunda no he podido má que hacerlo. Otra vez las musas de pusieron de tu parte ¿eh?

Un abrazo

Pedro dijo...

Magistral. Me ha parecido simplemente fabuloso, de lo mejorcito que he visto. Un relato lleno de buenas vibraciones y esplendidamente narrado.

¿Dije negro? Me desdigo menejas TODO el arcoiris.

Laura Luna dijo...

Soy muy sensible. Lo reconozco. Pero rara vez se me hace llorar con un escrito. Enhorabuena, lo has conseguido, guapi :)

Lo malo de tus relatos es ver la palabra "fin"... :( Son como cuando comes un rico caramelo, que no quieres acabar nunca :(

Un abrazo con mucho cariño,
Mun Light Doll

nana dijo...

Sabes, te parecerá una tonteria, pero me recordó a un trocito del primer libro de Harry Potter, cuando Harry ve a toda su familia en un espejo. Si es que soy una cria...
No sé, me ha parecido muy triste: malo es perder a alguien que quieres, pero peor es conseguirlo para despues dejarlo ir de nuevo ¿no crees?
Aunque, ojala tuvieramos la inocencia de ese niño.

Preciosa historia Tormenta ;)
Besos

Anónimo dijo...

Si la semana pasada me gustó, esta semana has superado con creces mis espectativas.
Te ha salido una bella y gran historia, que yo pienso que podrías tal vez, sacado más partido y haber hecho unos cuantos capítulos más de este relato lleno de magia y encanto. Besos.

Lord of Erewhon dijo...

Que tormentos los de la tormenta... :)=

Dark kiss.

Roadmaster dijo...

Eeeey, es un buen comienzo, ves cómo no era tan difícil? Además, a juzgar por los otros comentarios, tus lectores están bastante satisfechos. Hay quien quiere saber qué pasó con el espejito. Eso ya te permitiría seguir escribiendo. Otros hilos de los que se podría estirar son: se enteran la hermanita y la abuela? Por qué el niño no compartiría el secreto con ellas? O sí? Y la mujer enmascarada quien era, una amiga fantasmal de la madre?
Es cuestión de seguir esforzándose. El punto de partida apunta diversas posibilidades, se trata de localizarlas y escoger alguna(s) para continuar por esa(s) vías.
Personalmente, también me recordó a dos libros de mis años mozos: "Harry Potter" y "Aquellas blancas sombras en el bosque", con la hermosa Rosilda reflejada en miles de espejos...
Me ha molado mucho la imagen de Jennifer Conelly :P

Cam dijo...

Vaya, qué buen desenlace para la historia de Jack. El relato está genial pero la parte de la sala de los espejos me ha encantado. Sólo se me ha hecho un poco corto pero bueno, ya habrá más historias :K!

Un beso y que disfrutes de las vacaciones!

aPerfectCrime dijo...

Excelente
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A Letter To Elise (The Cure) sonaba de fondo mientras era consumido por estas palabras
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Maravilloso final
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Dejo mis saludos, entre las sombras

Carabiru dijo...

Qué hermoso cuento!
Me ha encantado, magia, misterio, amor, reencuentros...

Genial, genial, me alegro de haber pasado.

Anónimo dijo...

¿Qué te voy a decir que tu no sepas ya?, quiero ser la presidenta de tu club de fans va en serio.

Quién pudiera asomarse al pasado y al futuro como si estuviera mirando en un espejo. Fantástico final, como no podía ser menos, para un relato estupendo. Pero yo soy de las que piensa que debería haber una 3ª parte, un relato así lo merece.

Cierto es que tiene una similitud con Harry Potter (y el espejo de Oesed) pero a mi no me lo ha recordado (cosa extremadamente difícil porque me apasiona el libro). Y yo creo que ha sido porque tu relato te lleva él mismo de la mano, te va metiendo poco a poco en la escena y no ves nada más allá, simplemente disfrutas.

Piensa lo de la 3ª parte, porfa porfa, porfa :P.

Besitos guapa.

PD: Sí, soy jugadora de rol y master, pero hace mucho que no juego y lo echo de menos porque no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría :( .

alguien dijo...

Hola, Tormenta! Gracias por leerme ante todo, jaja. Bueno, dejé tu historia para las últimas porque advertías que era muy larga, pero ejque vale la pena!!! La sala de los espejos me ha sonado a algo, no sé a qué, pero es lógico, cuántas salas de los espejos habremos visto :P
Y el desenlace genial, cuando mete la mano en el bolsillo y... ^^
Lo de más capítulos, no sé, es mejor acabar una historia si vemos que todos los cabos se atan, seguro que te quedan muchas ideas formando gotas de lluvia en tu cabeza.
Besos!

Anónimo dijo...

Querida Tormenta: Sabés que no me canso de insistir con aquello de que, lo difícil en un cuento, es sostener la tensión. Algo así como estirar una banda elástica cada vez más,y más. El lector, cuando es atrapado por un cuento, siente esa sensación: la banda se estira y se estira, mientras esto ocurre, va sintiendo que el elástico se pone más tenso y, con ello, va entrecerrando los ojos, por algo que desconoce¿cuándo, en qué momento, habrá de romperse?

Más allá de las descripciones maravillosas, me quito el sombrero ante vos: me has tenido con los ojos entrecerrados desde el principio al fin.

Fantástico!!! Qué pedazo de cuentista que sos!!!

Un superbeso desde acá, mientras voy abriendo mis ojos.

Raquel dijo...

¿Cómo hacéis para escribir estas fantásticas histórias? Me muero de envidia... impresionante história!!
Me alegro de haber pasado por aquí, felices pascuas.

Un beso.

Anónimo dijo...

Ufff, casi que con la misma velocidad que él protagonista acudí nada mas terminar de leerte a escribirte, y he aquí donde me freno para intentar poner en orden las palabras que se agolpan y todas del género de felicitación. Disfrutar, la sensación de haber disfrutado de una lectura genial es la que me llevo.No es solo la trama en sí del relato, sino la riqueza de que lo dotas, la variedad de palabras que lo recorren, no se repiten y rescatas del ostracismo términos que ya leerlos nos traslada a la magia del lenguaje, a palparlo como aquella mano sobre el espejo. Felicidades por tan exquisito trato hacia la palabra y resaltar en tus textos su belleza.
Un abrazo!!
Gracias por tu comentario, ya me gustaría a mi tener tu riqueza de vocabulario. Ah sii?? Entonces ya somos dos en el patíbulo :) Pero de acabarse tu carrera nada! No ha hecho sino empezar.. escritora!

Anónimo dijo...

Me encantó el relato y me encantó el lugar... espero no perderme y poder volver...

Un placer a ver llegado hasta aquí.

Infinitos besos!!!

peyote dijo...

Es aspero, sentir la sombra mientras, la busqeuda se deja llevar, y dejarse atrapar entre el ritmo del relato...

...genial.

saludos.

Angeles dijo...

Me encantan las ferias y la magia que desprenden sus rincones y sus personajes.

No está de mas decir que admiro tu talento,eres excelente.

Besos!

El Peregryno dijo...

¡Cuántos elogios!Aunque aveces resulta algo familiar.algo típico,los espejos siempre llaman y llamarán la atención.Lo que me gusta es el tono de tus relatos, esas damas misteriosas rozando el abandono y la sensación de que poseen un misterio,un conocimiento por encima de los mortales.

Vade Retro dijo...

La curiosidad guiando a los espejos que reflejan aquello que queremos ver.
Fascinante lo que has escrito Tormenta.
Un abrazo enorme.