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lunes

III/X/MMV

“Nunca he sabido hacer el equipaje ¿Sabes a lo qué me refiero? No es que no tenga paciencia para doblar bien la ropa, o que sea tan descuidada que meta en la maleta lo primero que se me ocurre, olvidándome de lo más importante. No, no es eso… lo que sucede es que se me dan muy mal las elecciones: Escoger es prescindir. ¿Qué llevarse? ¿Qué dejar? Es algo más profundo que la mera indecisión, más oscuro y difícil de comprender. ¿Cómo saber lo que uno necesitará en un viaje del que nunca regresará? Hay quien dice: llévate tan sólo lo bueno, deja atrás lo demás. Pero yo no les escucho. No entienden que los días pasarán, y con ellos, el tiempo pulirá los contornos de nuestros recuerdos (de todos, de los buenos, de los malos) aderezándolos con pequeñas dosis de imaginación, muy sutilmente, y nuestra memoria, siempre tan quebradiza y engañosa, se encargará de hacer el resto. Es cierto que podemos decidir qué salvar entre lo acontecido, pero en el fondo, nos pasamos la vida cargando con un equipaje ficticio…

¿Entiendes lo que trato de decirte? No. Ya sé que no.

Trataré entonces de explicarme: me marcho. Sé que lo sabes, que lo sabías mucho antes de que yo, por fin, lo decidiera. Te conozco, y tal vez ese pensamiento no haya aparecido como tal en tu mente, ni lo has dicho siquiera en voz alta. Pero la “sensación” ha estado ahí desde hace mucho tiempo. Lo sé porque te veía; aunque fuera duro, te observaba. A pesar de que llegó un momento en que aparentemente dejaste de prestarme atención, yo cada noche me acostaba a tu lado, agazapada en un rincón de tu cama, muerta de miedo, pero alerta.

Por eso no voy a darte explicaciones, las razones las conoces tan bien como yo. Las conocen las paredes y los muebles de nuestro cuarto, las conocen los vecinos y casi todos nuestros amigos. No quiero transfigurarlas en palabras, no necesito darles más entidad de la que ya poseen, porque he decidido marcharme lo más ligera posible: allá donde voy, no me llevo ni lo bueno. Dejo para ti las mariposas en el estómago y los escalofríos. Y lo hago sin pena, no te creas. Para mí, son tan sólo ya los recuerdos de los recuerdos… quién sabe, después del tiempo y lo ocurrido, si aquello sucedió alguna vez, al menos tal y como mi memoria lo recoge. ¿Y lo malo? también te lo dejo. Es justo ¿no crees? En realidad son lo mismo, recuerdos de recuerdos… pero después del tiempo y lo ocurrido, no quiero empezar a dudar de nuevo si sucedieron una vez (nunca he sentido peor incertidumbre que esa).

Ahora puedo mirar mis cicatrices y saber lo que pasó. Pero donde voy se borrarán, y no habrá nada, nada que me los recuerde.

Nada que me recuerde a ti.

p.d. ¿Esperabas reproches? ¿Qué te despreciara? ¿Qué te maldijera por todo lo que hiciste? No lo haré. No serán esas mis últimas palabras en este mundo, creo ya te dejo suficiente equipaje”

pirifool III

Una suave brisa acariciaba la hierba y hacía que el papel se agitase entre sus dedos. De repente le resultó extraño escuchar tanto silencio. Miro a su alrededor; las primeras hojas de los árboles comenzaban a caer con cierta languidez. Sobre el verde intenso, eran como una delicada lluvia rojiza, que iba tiñendo poco a poco el mármol lechoso de las tumbas, el suelo entre las losas. Los días se acortaban gradualmente, pero aún no hacía frío; sin embargo él, no podía dejar de temblar.

La había recibido unos días atrás; fue una suerte que el cartero se la hubiese entregado en mano. No necesitó mirar el remite, la caligrafía era inconfundible. La tarde que la encontraron, revolvieron la casa durante horas en busca de una nota de despedida. Le advirtieron que cabía la posibilidad de que apareciera en cualquier otro lugar, sobre todo en el caso de que lo hubiera planeado con tiempo. “Y así es”- Pensó.

Nunca había conseguido comprenderla, ni siquiera ahora que estaba muerta. ¿Por qué demonios no había dejado la carta cerca de su cadáver como hacía todo el mundo? Siempre tan inaccesible y confusa; siempre cuestionándole y haciéndole sentir inseguro y mediocre, hasta el final, incluso después.

Desde aquello, llevaba varios días con un extraño nudo en el estómago, llegó a pensar que podría tratarse de culpabilidad, algo a lo que no estaba acostumbrado ¿Pero por qué?- se preguntaba. Todo lo que había hecho por ella había sido por amor, siempre la había cuidado, sin embargo… Sin embargo ella se mataba y le mandaba una carta desde los infiernos, donde sin duda en aquel momento debía estar consumiéndose por su ingratitud.

Rajó el papel en mil pedazos, con rabia, y los arrojó sobre la tumba. El viento los hizo volar y dispersarse en todas direcciones, pero uno de ellos fue a enredarse entre las flores de plástico que él mismo le había llevado. Con cierta inercia se agachó para desprenderlo: ”Nada que me recuerde a ti”, decía.

Sintió de nuevo aquellas ganas… mezcladas con un cierto alivio de que por fin estuviera muerta. Era un consuelo que ya no pudiera molestarle más. Dejó caer el trozo de papel al suelo, y echó a andar, asegurándose de pisarlo con fuerza antes de continuar.

Mientras caminaba el viento pareció arreciar de pronto, las ramas de los árboles iniciaron un impetuoso baile. Aceleró sus pasos por el camino empedrado deseando ver la puerta de salida lo antes posible: sentía la repentina necesidad de marcharse enseguida de allí. A su alrededor todo cambió; los jarrones llenos de flores se volcaban y caían al suelo con estrépito, las cartas y las viejas fotos volaban junto con los pétalos arrancados, arrastrados por las fuertes corrientes de aire. No quedaba nada en absoluto de la paz que se respiraba minutos antes. Miró hacía atrás; un inmenso remolino de viento y hojas se acercaba velozmente directo hacía él. Sintiéndose bastante pueril, echó a correr, viendo por fin la puerta a lo lejos. A pesar de ello, aquel barullo le alcanzó cuando apenas le quedaban unos metros.

Los ojos se le llenaron de polvo y tuvo que detenerse. Él viento le azotaba con tanta violencia que parecía querer despojarle de la ropa. Las hojas se le enredaban en el pelo y le arañaban la piel. Cubriéndose la cara con los brazos, intentó abrir un poco los ojos en medio de la confusión. Comprobó que se encontraba justo en el centro de aquella violenta turbulencia: su cuerpo parecía estar en el ojo de un huracán. Mil objetos que no conseguía identificar pasaban volando ante él. Intentó avanzar pero sus pies no respondieron, no supo qué era lo que le detenía, tal vez fuera la fuerza del viento o tal vez otra cosa. Intentó alzar la vista para situarse y pedir ayuda, pero apenas podía ver más allá de sus manos. Intentó gritar, pero el ruido era tan ensordecedor que no era capaz de escuchar sus propios alaridos en mitad de aquella locura, ni siquiera, de entender sus delirantes pensamientos. Empezó a perder la consciencia pocos instantes después, a medida que el terror iba rindiendo sus miembros uno a uno. Paralizado por la angustia, se abandonó en aquella atronadora espiral, y por fin, tan sólo hubo oscuridad.

...

.

Hacía una tarde soleada y agradable de principios de octubre. El vigilante fue a hacer su ronda rutinaria antes de echar el cierre, como cada día. Lo encontró tirado en el suelo, muy cerca de la entrada principal. El hombre, en medio de lo que parecía una especie de colapso mental, balbuceaba una serie de palabras inconexas. Sobre su cuerpo y a su alrededor, había pequeños trozos de papel, como si alguien le hubiera arrojado encima una carta rota en mil pedazos.

Al hilo de la iniciativa de "El cuentacuentos"

Fotografía: Pirifool

(Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)

30 Se mojaron.

Angeles dijo...

Impresionante texto.
No dejas de sorprenderme con tu talento.

Y ya paresco disco rayado de tanta adulación...

Popi dijo...

Sabes? Creo que voy a tener que hablar muy seriamente contigo, porque no creo que debas seguir ocultando detrás de una tormenta tu virtuosismo con las letras.
Y no me vuelvas a decir que te aburres... no me das pena (:P), porque ya sabemos adónde van a parar esos escritos que no superan al lector más implacable, que no es más que uno mismo.
El final... me falta algo en él. Los odio: son como despertar de un sueño placentero.
Un beso encanto. Un honor leerte.
Que tengas un buen lunes.
P.D.-(¿Tu "papyrus" no tiene Risitas? Qué rollo, no?)

@--'.--)---
"No le busques maceta,
que es de papel.
Cuélgala del techo,
o engánchala en alguna pared."
:P

Anónimo dijo...

Impresionante historia, aunque no vale la pena quitarse la vida por alguien que ni siquiera va a sentir remordimientos. Por eso me gusta que al final se vengue. Besos

Anónimo dijo...

Por qué siempre nos dices que no es muy bueno tu relato, luego llegamos y encontramos esto: un relato muy bueno, que nos engancha, que mientras lo leemos estamos pensando que después de la tormenta se encontrará con ella en el infierno pero resulta que no que el final tb. nos supera.
Nenilla sabes lo que te digo con mucho enfado: lo único que no debes hacer es opinar sobre tus relatos - calladita estás más guapa.
Un besin

Cam dijo...

Genial el relato, consigues mantener el interés hasta el final pensando que va a ocurrir una cosa y no, no pasa eso. Cosa que alegra al leer cualquier historia.

Por cierto, veo cada nuevo texto escrito con más soltura y a mí por lo menos, tus nuevos relatos me enganchan cada vez más. Sigue así :K!

Un besor y que tengas buena semana!

Cam dijo...

¡Qué cutre soy! Siempre digo lo mismo al final de cada comentario U_U

La próxima entrada cambio, prometido xD

Laura Luna dijo...

Quiero que sepas que en mi oficina nos tiran de las orejas por estar trasteando por Internet.

Con relatos así, me las pueden arrancar si quieren XD

Me encanta mucho tu forma de redactar y la tensión con la que mantienes al lector en cada una de tus historias. Sobre todo, sabes desarrollar muy bien la psicología de los personajes, y haces que los pueda oír ;)

Felicidades :)

Muchos besos y achuchones para mi tormenta favorita ;)
Mun

Pedro dijo...

Fabuloso. La carta en si es magnifica, pero unida a las otras dos partes conforman un cuadro espectacular. Según leía la segunda arte me decia :" esto es un relato que gana cualquier concurso de terror". El final me parece muy bueno y no creo que le falte nada en absoluto si no que redondea el resto de la historia.

Por cierto, vale ya de quejarse de relatos apresurados, deprisa o despacio tienes genio.8A mi también me toca escribir más deprisa de lo que me gustaría)

Siempre es un placer leerte,

Pedro.

Anónimo dijo...

Que decir...pues que me ha encantado tu blog y que me alegra mucho haberlo descubierto, de ahora en adelante me mojaré, pero no me importa ;)

pd. gracias x el comentario sobre la primera historia.

mua!

Anónimo dijo...

Puf, increible. Primero la frialdad de ella, me ha encantado esa serenidad a pesar de todo, para que reprocharle nada?? Cada uno recogerá lo que sembró. Y luego la actitud de él, continúa culpándola después de muerta. De verdad sin palabras, lo has bordado, me ha gustado mucho.
Lástima que ella tuviera que tomar esa decisión.

Anónimo dijo...

Muy bien, como siempre. Me gusta el contraste de los dos puntos de vista. Bastante sútil.

Anónimo dijo...

En serio que tus palabras siempre se quedan grabadas. Es como si estuviera leyendo una pared totalmente escrita. No me digas por qué está comparación, pero así lo acabo d ver.

Muy buena la manera de reflejar ella las cosas, Lo que no me gusta es el suicidio, creo que es la peor salida, y si d verdad se hubiera ido pero a otro lugar viva hubiera sido la leche, pero claro entonces el resto no hubiera pasado... Aunque se podría rebuscar,, pero claro ya no sería tu texto.

Que me ha encantado niña. Y ese final... es la leche!!! Se vengo allá donde estuviera. Pudo hacerlo. ¿Te imaginas que sería eso?

muchos besos. Y felicidades.

pd: me quedé más que agusto. Ya me dirás que idea se te ocurrió.

Óscar Sejas dijo...

Y otra vez me enganchaste hasta al final, y otra vez tuve que volver a pestañerar un par de veces porque de clavar tan fijamenta la mirada los ojos se resienten.

Enhorabuena, has vuelto a crear magia.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Maravillosa la forma de escribir que tienes y el relato es estupendo. No entiendo muy bien los odios después del amor ni que por amor o odio se quite la vida nadie, pero lo cierto, es que a tí te ha dado para una buena historia y eso siempre es de agradecer desde el punto de vista de lectora.
Un abrazo.

Juanjo Montoliu dijo...

Perfecto. A medida que iba leyendo, iba pensando que esos papelitos volverían.
Me ha gustado el final, aunque la idea de romper con el pasado (y con las personalidades absorbentes) del personaje es atractiva.
Yo pienso que se puede, pero...
hay que esperar a que pase el viento, y desprenderse de los papelitos muchas veces.

Un beso, encanto.

Juanjo Montoliu dijo...

Confieso que no había leído la carta previa, imprescindible para comprender el realto. Pensaba que era otra entrada, y yo suelo leer de atrás adelante por si el texto que leo es la continuación de otro.
Esta vez me ha pasado al revés.
Así que rectifico lo escrito entre paréntesis, lo de personalidad absorbente, pues la carta no es la de una persona de estas características.

Carabiru dijo...

Vaya vaya vaya!
Al final se vengó desde el otro lado... ¿o serían sus propios remordimientos?

Es un cuento espectacular, en serio.

Anónimo dijo...

Así que pedís que seamos duros con la crítica. Pues bien, lo seré:
No se cuánto tendrás de las dos mujeres de tu relato anterior. Pero, por la calidad de tus comentarios y de tus textos, uno entrevé(o cre entrever) que mucho de ellas.
Creo que con el de esta semana, intercambiaría algunas opiniones por mail.
Pero, decididamente, más allá de lo logrados o no, segú tu comentario en "he publicado", que hayan sido tus textos. Si hay algo de lo que jamás carecen, es de intensidad.
Bien puesto está lo de la Tormenta: tras leerte, dudo mucho que haya un lector que no se vaya con el cuerpo mojado y los pelos revueltos. Aun aquellos que, prevenidos, acudan a leerte vestidos con impermeable, gorro de lluvia y paragüas.

Un beso Storm, y gracias por lo de "cachondo mental". Creo que no tenía que haber publicado. pero tamaño calificativo de tu parte, ha hecho que valga la pena.
Otro beso desde esta loca Bs As.

El Peregryno dijo...

Logras impregnar tu escritura de esa atmósfera tan característica de la auténtica literatura gótica.Sería tremenda casualidad que no hubieses leído a Isak Dinesen,salvando las distancias me pareceis algo así como almas gemelas...

Anónimo dijo...

No sabes lo que he sentido al ver esa imagen, es la que usaba fjóla en el msn ultimamente. úf... Yo también me he marchado en mas de una ocasión asi de esta manera, en esos casos uno no tiene equipaje visible y si va cargado del otro equipaje que nadie parece obviar.

También he venido a saludarte, mi niña, voy y vengo y entre idas y venidas leo un poco por aqui, no me cansare de decirte que escribes con mucho tacto y sensibilidad, esto es algo que sabes que admiro mucho en ti.

El otro dia di un paseo por el muelle y a lo largo del rio en sevilla, me acorde de mucho de ti
Te dedique una foto :) la subi a flickr
http://www.flickr.com/photos/jaeja/464040895/

Anónimo dijo...

Blblblbl me ha dado escalofríos tu relato!! Lo que no entiendo es como el hombre no puede sentirse culpable después de leer una carta así. Debía ser de hielo!! Lo que está claro es que si la chica se suicida es por algo... el tío es un cabrón. Y bien merecido se tiene ese susto del final que le manda ella desde el infierno!!

Me ha gustado mucho!! Palabras aterradoras...no por la forma de escribir jajaja ya lo sabes, por el contenido. No se porque no estás contenta con el resultado... porque a mi me ha parecido cojonudo!!

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Genial, como siempre. Pero esta vez creo que me has dejado completamente sin palabras... Normalmente siempre lo consigues, pero no hasta este punto... :S
En fin, que ya sabes lo que opino de tu forma de narrar, ¿verdad? pues para qué marear más la perdíz? :P
Muchos besos y todos los aplausos que quieras guapa! Hasta la próxima!

Anónimo dijo...

Uffff magistral, sencilla y absolutamente magistral.
Caigo rendida a vuestros pies sacerdotisa de la palabra y suma soberana de la narrativa.

Yo quiero ser como tú de mayor :P.

Enhorabuena y gracias por esta joya.

Besitos.

El Peregryno dijo...

Disculpadme,Tormenta,que meta las narices en vuestros asuntos, pero ¿de qué acusas a Nirth?Te ruego me hagas partícipe,tengo sobrados motivos para meterme.
En cuanto a su crítica, estoy deacuerdo y recalco que tu estilo gótico,esencialmente barroco,es para mí muy digno de alabanza;es más me encanta.Pero si quieres críticas más duras,no debes dudar de tu talento como escritora más allá de los blogs, es mi opinión sincera, aunque tampoco debas endiosarte como leo en algunos de los comentarios que te hacen y que respeto,pero aveces parecen un tanto excesivos.Sin duda tienes talento,eres de lo mejor que he leído en cuanto a estilo y forma de expresión por aquí por los blogs, aunque también es verdad que se echa de menos más variedad, o una cierta profundidad en los personajes,mezclado con ese misterio y magia que esgrimes a voluntad;puestos a pedir, tu visión de la realidad o la de los personajes, alguna historia en la que también un hombre sea el protagonista;pero son solo sugerencias, tú harás lo que te dé la gana.En definitiva Tormenta eres muy buena,puedes ser mejor aún,ánimo,y sé humilde.

Loth dijo...

Yo también lo siento, Tormenta. Es sólo que no eres la primera que hace ese comentario, y es a tí a quien he acabado replicando. No te preocupes. Es normal que te hayas confundido. En cuanto a "participaciones", agradecería que no siguiera prolongándose este malentendido con intervenciones de otras personas, sean a mi favor o al tuyo, porque esto ha sido un tema entre nosotras. Dicho lo cual, zanjo la cuestión, y espero seguir leyéndote. Un beso.

Anónimo dijo...

Hola Tormenta. Sabes? Me encantaría escribir un relato contigo, un homenaje a Romeo y Julieta, a Ian Curtis, a tantos suicidas anónimos de los que preferimos ignorar su sufrimiento quizás para no sentirnos culpables. Hay tantas vidas frustradas por una existencia tan dura a veces que no cabrían en un blog ni en veinte libros.
Escribir no es más que experimentar para aprender sobre uno mismo. Yo escribo sobre la muerte para llegar a comprender lo que es la vida, si es que se puede llegar a ese punto en algún momento, que lo dudo. Mientras tanto, seguiré investigando. Ya me dirás si me ayudas a resolver el misterio.
Fenicaro de Móldur.

Anónimo dijo...

La sensación, aparte de la que transmite todo buen relato al leerlo, es precisamente la de que tras leerte me llevo, que no es otra que (y acabo de inventar una palabra creo ups) incompletud. No ni mucho menos porque tu narración esté falta de nada aunque parezca contradictorio con lo que dije, sino es más por lo que te quedas dentro. No quiero pecar ni mucho menos de exigente pero tengo la sensación de que con tiempo transformarías tus grandes relatos en grandiosos! Y si acaso cambia el factor tiempo por el de un mayor convencimiento, en todo caso ambos factores unido a la riqueza de lenguaje que ya posees es toda una autopista hacia el éxito.
La venganza transformada en causa justa muy bien expresada en tu historia dotando a las palabras de movimiento, espiral de tormenta y tras ella la calma.Y el deseo de seguir leyendo. La sensación que queda siempre tras leer un gran relato.
Un abrazo enorme!

Pd: Como siempre tarde pero llego.

vran dijo...

Bueno... vamos allá ;-)
La primera parte, la carta de la mujer, es muy buena. Describe muy bien la situación de la pareja, pinta un cuadro bastante completo.
Después completas la historia con la versión de la otra parte. Me gusta como está llevada la historia hasta aquí. Vas desgranando sentimientos, describiendo una situación de desencuentro y falta de entendimiento llevada al extremo.
Pero el final... la idea es buena, pero la acción está llevada a trompicones, trabada, le cuesta avanzar. No es una acción fluida. Me da la sensación de que está escrito aprisa y corriendo, quizás demasiado deprisa.
Es un final que, bien trabajado, sería excelente para el relato ;-)

PD: Una última cosa... cuesta leer el texto rojo oscuro sobre fondo negro. Ten piedad de los que no podemos dejar de leerte ;-P
PD2: Gracias por tu comentario ;-)

Anónimo dijo...

Hola de nuevo Torm (disculpame pero no sé tu nombre :s) enta. Yo si que no sé hacer el equipaje, de hecho sigo sin sacar las maletas aunque msn me dé motivos para ello, pero me cuesta abandonar ninivé a manos del imperio babilonio. En todo caso creé una nueva ninivé en blogger, está en sus albores, sin apenas nada ya que no se mas allá de lo que hice, más junto con el de Indi son el de ella y el tuyo los blogs que mas huella e impresión me han dejado y causado y quería comunicarte su puesta en marcha. Aprendo mucho de ti, de un mundo con el que cada vez mas me identifico. Un abrazo!

Unknown dijo...

Tengo para decirte un par de cosas:
1) tu blog me encanta; 2) escribes maravillosamente bien; 3) no dejes de escribir, tus historias llenan el alma de sueños e ilusiones.
Porqué no proteges tu blog para que no te copien o roben cosas?, pasá por el mio y verás un sello gris en el costado, ahi entras y registras en la página tu blog. Lamentablemente cada vez somos mas los blogs, y estamos más expuestos a ser plagiados.
Un abrazo enorme