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domingo

arder...

El silencio de la noche fue su aliado, las sombras hacían bien su trabajo. El eco de sus tacones sobre el asfalto y la gravilla retumbaba rítmico, acompasado. Las farolas dibujaban sombras perpendiculares a contraluz, a través de las luces anaranjadas que recorrían las calles. El suave rumor de algún coche lejano hacía las veces de banda sonora de aquel plano en movimiento.

Una brisa ligera le alborotaba el cabello. Llevaba las manos dentro de los bolsillos del abrigo, pero en la oscuridad del suave tejido, los dedos índice y corazón se encontraban cruzados con fuerza, en tensión. Mientras caminaba, a cada paso que daba, en su mente sólo mantenía un pensamiento “¿Por qué hacemos las cosas que en realidad no queremos?”. Aquella misma mañana, nada más despertar, mientras rebuscaba entre las sábanas el somnoliento cuerpo de su amado, la pregunta había venido por primera vez. Con la boca pastosa, él había balbuceado algo y la había abrazado. Sintió la seguridad de su calor, el contacto a la vez suave y áspero de su piel, pero en vez de sumergirse en la tibieza de aquella proximidad, sus ojos se clavaron en el techo, grisáceo en la tenue penumbra del cuarto a oscuras. Su cuerpo se dejo hacer, su mente estaba lejos.

Él fue a ducharse, ella a preparar café. Fumaba el primer cigarrillo de la mañana mientras deambulaba por la casa. En el salón el móvil parpadeaba silencioso sobre la mesa. Hacía días que no cogía llamadas ni miraba los mensajes; sabía a la perfección lo que iba a encontrar. Él no pararía hasta llegar a ella; le conocía lo suficientemente bien, no necesitaba más para convencerse.

Por un instante, mientras observaba el cielo gris a través de la ventana, de nuevo se permitió dar rienda suelta a su imaginación. En la cocina la cafetera borboteaba, en el baño las gotas de agua repiqueteaban sobre el cristal de la mampara, en su mente tan sólo escuchaba el hipnótico sonido de unas manos recorriendo su piel, amasando su cuerpo, lentamente y con fuerza; la caricia de unos hombros en los que hundir uñas y dientes. Calor, dulce y doloroso contacto, agitación y sacudidas, y por encima de todo, sus oscuros ojos, brillantes y turbadores.

El móvil seguía parpadeando mudo, lo cogió por fin y pulso el botón rojo. Marcó un número. Una voz conocida y amable contestó poco después. Tras escuchar pacientemente todo lo que ella tenía que decir, la voz respondió:

-¿Sabes? En la India, en algunos lugares todavía hay mujeres que realizan suicidios ceremoniales en honor a la diosa Kali, diosa de la vida y de la muerte. Se prenden fuego a si mismas, pero no como sacrificio, sino como símbolo de auténtica y profunda regeneración personal. Morir para renacer. Arder para renovarse…

-¿Qué tratas de decir?

-Sabes bien lo que quiero decir.

“Arder para renovarse”. Aquella era la excusa perfecta para sus actos; encaminarse hacía un infierno para poder franquearlo. Consumirse en las llamas de un fuego prohibido por propia voluntad, y regresar a casa, resurgiendo de las propias cenizas, plenamente consciente de su elección final. Ya no importaban los deseos, el daño que pudieran causar sus acciones a otras personas, importaban las respuestas, y mientras sus pasos se dirigían hacía aquella pira funesta, sabía que a su regreso habría encontrado la solución que buscaba.

Un gato atravesó sigilosamente la calle a pocos metros. Sus ojos de un amarillo intenso se cruzaron con los de ella un segundo. Aquello le hizo pensar en otros ojos, los de aquel al que amaba, tristes, del color de la tierra, y también en otros, los de aquel al que deseaba, oscuros como pozos sin fondo.

Sus pies dejaron de responder, se detuvo un momento. Tal vez poniendo en una balanza invisible aquellas dos miradas que poblaban su mente, intentando discernir por penúltima vez si hacía lo correcto, aún sabiendo que ya no había vuelta atrás.

En el silencio absorbente de la noche un coche derrapó en la distancia, después, confundido entre los edificios el sonido pareció desvanecerse. Ella miró hacía la oscuridad que tenía delante, y creyó ver, más allá de las sombras, una luz brillante, dorada, que centelleaba igual que una hoguera. Cerró los ojos y los volvió a abrir: allí continuaba, a lo lejos. Parecía acercarse lentamente, como si la estuviera llamando.

Sin saber porqué echó a andar en aquella dirección, al principio despacio, confusa. Después la curiosidad pudo más y apretó el paso. La luz estaba cada vez mas cerca, aproximándose por la calzada, y ella avanzaba a la velocidad que le permitían los tacones, prácticamente sin aliento. La observaba sin creer realmente lo que estaba viendo, por eso mismo, no podía detenerse.

Playing_with_fire__by_four_star_tosh

Se dio cuenta demasiado tarde, cuando apenas la separaban unos cuantos metros. Las luces largas del coche se abalanzaron sobre ella de repente, sin dejarla reaccionar, en un vertiginoso segundo, haciendo saltar su frágil cuerpo por los aires como si se tratara de una muñeca de trapo.

El coche ni siquiera se detuvo, siguió su camino acelerando y derrapando como si nada hubiese sucedido.

La sangre manó de sus heridas, encharcando el suelo, relucía a la tenue luz de las farolas. Un hilo rojo le corría desde la boca a través de la mejilla. Sus ojos desmesuradamente abiertos miraban al vacío. “Morir para renacer” fue su último pensamiento: “arder…”.

Al hilo de la iniciativa de "El cuentacuentos"

Fotografía: Four Star Tosh (Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)

29 Se mojaron.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho, y te aseguro que no esperaba el final. Al final no tuvo que arder, y supongo que no llegó a renacer de ninguna de las formas. Las dos miradas que ella amaba, o no...que será de ellas?. Y al final, habrá habido respuestas??

Un beso desde as terras meigas

Anónimo dijo...

corriendo o sin hacerlo has conseguido que no pestañee. En el momento que mis ojos se toparon con esta frase: "Morir para renacer" supe que nada bueno podía venir detrás. Quizás es que mi mente corre demasiado también.

Creo que ya te lo he dicho alguna que otra vez, pero las imágenes con las que acompañas las palabras me atrapan.

1 beso. fue un placer
Jara

Anónimo dijo...

No me esperaba para nada este final...
Que me encanta como escribes ya (te) lo digo siempre, así que no me voy a repetir. La historia me parece muy buena y... en esta ocasión yo me voy a quedar con el momento en que nos describes lo que pasa en la cocina, en el baño y al mismo tiempo... lo que pasa por la cabeza de la protagonista. Tres descripciones que unidas, le dan un toque más de magia a tu relato.
Besotes wapa!

Anónimo dijo...

Hummm la elección entre el amor sin deseo y el deseo sin amor... claramente es mejor tenerlo todo en uno, sin embargo yo en su lugar habría elegido el amor. Para gustos los colores.

El final no me lo esperaba para nada. Me imaginé de todo menos que la luz del fondo fueran los faros del coche de su destino, fatal destino. Renació o no renació? Cual fue su elección?? Supongo q ya da igual...

Me ha gustado mucho niña!! Un abrazo!

Anónimo dijo...

¿abes? cuando lei la mención a Khali y vi la foto imagine por un momento que el hijo de puta del legítimo, el de la mirada color tierra iba a pegarla fuego. Por eso quizás el final no me sorprendido demasiado.

Me ha gustado, pero sigo prefiriendo la faceta de tí que escribe sobre psiquiatricos a oscuras y viudas vírgenes.

Con todo admiro tu forma de escribir, así que esta semana voy a recomendarte

Anónimo dijo...

No me imaginaba el final para nada! Pensé que al final ella elegiría tener una última noche de deseo y luego se juraría que nunca más, aunque supiera perfectamente que volvería a caer.
Genial como has expresado esa balanza, me gustó mucho ;)

aPerfectCrime dijo...

Hell(ou)
un gusto volver por el "Lado Oscuro" de la Luna...

Tus textos retumban en mi cabeza... los escucho en la línea estática de mi teléfono...

Ecos (ecos, ecos)
los mismos instantes
Ecos (ecos, ecos)
cubriendo mi soledad

Ecos (ecos, ecos)
formas que se repiten
Ecos (ecos, ecos)
sacuden mis sueños


dejo mis saludos

Pedro dijo...

Me encanta tu forma de escribir. El relato de esta semana me parece más elaborado que el dela pasada , no se me queda la sensación que independientemente de la decisición que tomara conscientemene su decisión era el coche.

Y si he de elegir una frase yo elijo “¿Por qué hacemos las cosas que en realidad no queremos?” , porque me parece la raiz del relato.

Un fuerte abrazo.

Tea Girl dijo...

Me ha gustado especialmente tu historia, puesto que las dos tratamos el tema del suicidio, más especialmente los últimos pensamientos antes de cometer tan horrible acto.

Buena narración.



Un beso dulce

Roadmaster dijo...

Jejeje esta vez te has centrado más en los personajes que en la descripción del escenario, muy bien, era lo que yo quería ver ;-)
En cuanto al mío, me alegro de que te gustase. Es cierto que está algo desestructurado, lo verás más cuando lo hayas leído entero, pero bueno, quise hacer un experimento (sí, soy fan de Lynch jiji).
Muaks!

Anónimo dijo...

Reflejas lo que piensa antes de hacerlo, siempre he pensado que antes, justo en el segundo anterior a morir por suicidio, la persona seguramente pensara en lo que deja, quizás en tu personaje al final de todo se vislumbra algo de indesicón cuando ya no hay nada que hacer. Muy buena. Un beso

Anónimo dijo...

Ole, ole y ole...llegas a tener tiempo y la matas lentamente :)
Mi teoría es que la misma persona con la que habló por teléfono fue la que la atropelló...

Anónimo dijo...

Creo que ya sabés que me gusta como escribís, y mucho. Además, por los comentarios que dejás en mi espacio, te imagino franca, llana y directa: gracias por tus críticas.
la mía quería hacerla por e-mail, pero no tengo el tuyo. Así que va por aquí.
Tormenta, unque remanido, suele decirse que, lo más difícil del cuento, es sostener la tensión. Atraparal lector hasta la última palabra. Si sos una de las primeras que elijo para leer, en mi corto tiempo de cuentacuentos, es porque sé que voy a encontrar eso en tus relatos: escribís de maravillas.
sólo que, esta vez, me quedo con el texto hasta que ella va acelerando el paso, hasta encontrarse con esa luz que no se sabe qué es.
El final así, es abierto. Pero lleno de la fuerza y tensión que has logrado imprimirle.
De todos modos es fantástico, en Cuentacuentos está mi correo, si quieres la seguimos por mail.

un inmenso beso desde este sur de América.

Popi dijo...

Joder, qué putada. No hay nada que me joda más que escribir un comentario y tener que reescribirlo. Bueno, lo que venía a decir de una manera más bonita y blablabla es que me gusta que la palme, por débil se lo tiene merecido. Eso sí, sólo pienso así en cuentos, eh? No soy tan cruel. También decía algo más que no recuerdo, no, no creo que sean las tildes que te comes; eso, en ti, no es una falta, sino una distracción. Gracias por escribir, chavalilla.
P.D. Aqui hacia referencia a Tulcamina, y decía algo así como que no me negarás que este no está bien eh?
P.D.2.- esto lo digo ahora: No seas tan cruel conmigo anda, que lo de las cuatro alas es algo ya demasiado íntimo como para aparecer en un blog. :P
Un beso, Tulcamina. Me ha gustado el nombre: peligro.
Ah! La foto. La foto...

Cam dijo...

Joder, me ha encantado. Has plasmado perfectamente la protagonista, su personalidad, sentimientos, etc.
Un relato un poco gótico pero está genial, sinceramente, te vas superando en cada relato.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

eres uan maestra escribiendo relatos!. nunca me cansaré de decirtelo, nadie hace los relatos como tu, nadie es capaz de en tan pocas lineas hacer sentir tanto y sumergir al lector d una forma tan impresionante en la historia.

k mas decir, morir para renacer

mil besos

Anónimo dijo...

Es la segunda vez que escribo el comentario porque el de antes no ha salido, no sé porqué.
Muchas gracias por tus comentarios. Si la historia parece escrita deprisa es porque lo ha sido. Hoy no pensaba publicar pero al final me he obligado a última hora.(porque al fin y al cabo por eso me uní a Cuentacuentos, para hacerme escribir todas las semanas)
Me gusta como escribes, tienes buen estilo. (Perdona que no esté muy inspirado con la crítica, la próxima vez me lo curro más)
Por cierto, no era la primera vez que me leías, ya me dejaste algún comentario en otra ocasión, pero hace ya mucho.

atenea dijo...

Me ha encantado!!! Consigues que no pueda parar de leer hasta el final... no me lo esperaba la verdad.

Trabajaré en lo de los puntos suspensivos jajaja pero gracias :) la verdad no estaba muy segura con esto de escribir, pero poco a poco ;)

Un saludo!!!

Anónimo dijo...

Te recomiendan una y otra vez (siempre con razón), así que no hay mas remedio que leerte cada semana. Sé que alguna vez te he leido y por diferentes motivos no he comentado, pero esta vez no quería dejarlo pasar.

ES intenso, parte de una idea inquietante y te lleva de la mano hasta este final escalofriante...o no. No sé que poensar..me ha gustado, y me ha hecho pensar y sentir.

Un beso

Anónimo dijo...

No me extraña que te hayan recomendado tanto... una historia impecable. Estoy con Maria en la manera de describir lo cotidiano del dia del personaje y también en como la describes a ella y lo que siente... Mi mas sincera enhorabuena por este relato... te sigo leyendo!!

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho tu relato de esta semana (bueno, en realidad me gustan todos), pero este me ha llegado profundamente. Quizá sea porque cuando caminas entre sombras aprendes a ver la belleza de la oscuridad y la aprecias más; y dejame decirte que tu historia rezuma belleza por los cuatro costados.
Sobre todo me he reconocido en la frase "Morir para renacer", porque yo misma he tenido que pasar por eso.

Así que me gustaría darte las gracias por tus relatos, la enhorabuena por tu modo de escribir y agradecerte tu comentario en mi espacio esta semana y tu recomendación.
Un beso :).

isinspira dijo...

que triste final... aunque pienso que era lo que buscaba no?
besos!

Juanjo Montoliu dijo...

Pues vaya, yo pensaba que no era esa la forma en la que ella quería arder, renacer, sino en otro tipo de fuego.
Pero en el momento clave, cambia su decisión y se deja atraer por la luz misteriosa. El cruce de la fatalidad.
Has conseguido sorprender con tu final. En eso coincidimos todos.

Un beso.

Óscar Sejas dijo...

Y mientras unos nos prometemos escribir cada semana y vamos sistemáticamente incumpliendo lo prometido. Otras no paran de crear y crear como si la inspiración se hubiera aliado en su bando.

Otra vez me quito el sombrero ante este relato, magnífico como siempre.

Un abrazo

Angeles dijo...

Excelente!!! no me queda mas que aplaudir!

Abrazos.

galafer dijo...

el hipnótico sonido de unas manos recorriendo la piel... no lo había pensado, pero si que es hipnótico!!

Anónimo dijo...

Madre mía!!! Es la primera vez que paso por aquí y tengo que decirt que tienes muy merecidas las recomendaciones!!!
Una historia genial... No esperaba este final, me ha sorprendido enormemente...
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Jan.

Anónimo dijo...

La dama oscura recorre bajo el color de tus palabras el camino paralelo a ellas, tal vez más veloz que ellas como si conociera de antemano lo que iba a suceder.El amor intenta incluso lo consigue despistarnos en la lectura, intenta por todos los medios junto a la pasión y el misterio crearnos una intrigante narración en donde el fuego brilla en el final que voy elaborando hasta que aquellas luces iluminan a la negra dama sin que ella pueda escapar a su destino ni yo a una historia que aunque pensé recargada al principio me daba cuenta de que no sobra ni una palabra. Cuanto nos queda por conocer del universo, del universo de la mente humana. Escribes muy bien y usas tambien muy bien una gran riqueza de vocabulario. Enhorabuena! Un abrazo!

Raquel dijo...

siempre me quedo sin palabras ante tus histórias... impresionante!

Un abrazo.