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domingo

In the Hand of the Goddess

Callenish_2_by_FickleKat

Si llueve durante toda la noche se borrarán los caminos de vuelta a casa- pensó Rowan mientras oteaba con preocupación las oscuras nubes que implacables se aproximaban por el extremo del valle. El viento agitaba su pelo lacio, y sobre el saliente esculpido en la roca, la muchacha podía percibir el característico sabor metálico que precedía a las tormentas.

Una bandada de pájaros negros cruzó el horizonte.

Rowan no quería pensar en augurios, de eso ya se encargaban las viejas de la aldea, pero sabía que Cedric tendría dificultades para atravesar Los Márgenes. Los Márgenes; así era como la gente de su poblado llamaba al cenagoso bosque que separaba el valle de las Tierras de los Pantanos, un inhóspito lugar donde vivían las tribus de los Hombres Pintados. Pero si los pantanos eran tierras llenas de leyendas sobre las que los ancianos contaban historias al calor de los hogares, aquel bosque anegado era un reino completamente distinto. Era costumbre de los lugareños escupir y hacer el signo de protección con las manos cada vez que alguien lo mencionaba. Tan sólo unos pocos conocían sus secretos, y la mayoría de ellos pertenecían al Consejo. Se decía que estaba habitado por bellas hadas capaces de andar sobre las aguas, las cuales, tras seducir a los hombres para concebir con ellos, los ahogaban sin piedad en las ciénagas. Ningún hombre o mujer osaba adentrarse sin un guía iniciado en los misterios, que conociera sus señales y laberintos. Los que lo habían hecho habían perecido ahogados, o bien nunca más se había vuelto a saber de ellos.

Sin embargo Los Márgenes eran el único camino para llegar a los Pantanos, y hacía siete noches que Cedric, con la ayuda de dos de los miembros del Consejo, había conseguido atravesarlos sano y salvo.

Aún así Rowan se preguntó si volvería a verlo con vida. Si sobrevivía a los rituales de los Hombres pintados, probablemente los cenagales y las lluvias torrenciales propias del comienzo de primavera acabarían con él. El viaje de vuelta debería hacerlo tan solo con la protección de los dioses.

Si Cedric conseguía regresar sería el Macho rey aquel Beltane, la Diosa había hablado y lo había favorecido. Después de los ritos y la preparación, los Hombres Pintados trazarían en su cuerpo las antiguas runas y símbolos de protección, y con la luna saldría, acompañado del resto de cazadores de la tribu, tras la manada de ciervos a la captura de gran Astado, al que tendría que derrotar sin mas ayuda que un puñal de silex y su lanza, y arrebatarle la cornamenta como prueba de que era el favorito de los dioses, o morir en el intento.

Todos los jóvenes consideraban una gran dignidad representar al Macho Rey en las fiestas en honor al gran Dios Bel, dios de la luz, del sol, señor de la fertilidad, y semilla de vida. Cada año en Samhain, la gran sacerdotisa profetizaba quien sería el elegido en el siguiente Beltane, siendo lo común que se escogiera al más fuerte entre los muchachos. Sin embargo, aquel inmenso honor en ocasiones conllevaba un sacrificio mucho más terrible. Si la cosecha de aquel año era insuficiente, la Diosa exigía que la sangre del Rey sagrado regara la tierra, y con la llegada de la primavera siguiente, éste debería ser sacrificado.

La Diosa habló, pero Cedric también lo hizo. Era derecho del elegido seleccionar a la que debería ser su novia en las fiestas. Por ello Rowan representaría a la gran Señora en la ceremonia, y tendría que unirse con él en el sagrado matrimonio que completaría las celebraciones de la noche. Yacerían juntos tras el frenesí del baile alrededor de las hogueras, sobre el altar en el corazón del círculo de piedras.

Tras ella un ocaso rojo como la sangre de los sacrificios la iluminaba igual que un mal presagio; el sol se ocultaba por el oeste sin noticias de Cedric.

Rowan había vivido catorce inviernos sin salir nunca de los parajes que delimitaban el valle y tal vez nunca tuviera oportunidad de hacerlo. Sintió lástima por si misma. Sin desearlo se había convertido en una viuda virgen, y en el caso de que Cedric regresara, tal vez lo fuera la primavera siguiente. Pensó en sus sueños, quería ser madre, vivir una vida tranquila alejada de los dioses y las supersticiones que en aquel momento movían tan cruelmente los hilos de su destino. Ella amaba a Cedric con ternura a pesar de su arrogante torpeza. Siempre fue un joven orgulloso, lleno de vida, dedicado más a colmar de rubor el rostro de las muchachas de la aldea, que a sus responsabilidades. Aún así, ambos se habían criado juntos y existía entre ellos un lazo de intimidad, tan natural, tan familiar, que Rowan siempre había sospechado que acabaría desposándola. Aquel día que siempre imaginó dichoso, se había transformado en una condena perversa, ya que no sólo era el destino de Cedric lo que estaba en juego en aquel momento, sino también su propio porvenir; si el joven no retornaba o bien era sacrificado, Rowan tendría que tomar los votos de sacerdotisa, y consagrar su vida al servicio de la causante de su desgracia, tal era la costumbre.

Comenzó a llover, Rowan se arrebujó en el manto. –¡Oh Diosa! ¿Qué intención es la que mueve tu mano?- susurró estremecida por la ira. Frente a ella los altos árboles que lindaban Los Márgenes se agitaban presos de la furia del viento. Las tinieblas se cernían con su negro hábito sobre la tierra, engullendo el abrigo de la luz; era el momento de la Diosa.

Rowan se dispuso a volver a la aldea, la lluvia empezaba a calar su manto y pronto la oscuridad sería absoluta. Dedicó una última mirada suplicante al horizonte, y para sus adentros, una corta plegaría.The_Invocation Deseó con todas sus fuerzas poder distinguir una sombra abriéndose paso por el sendero, pero en lo más hondo de su corazón sabía que lo que sucediera aquella noche no estaba en sus manos, ni en las del aguerrido joven que en aquel momento luchaba por su supervivencia; en realidad una voluntad mucho más antigua, que se perdía en los albores del tiempo, la misma voluntad que durante siglos había guiado el destino de los suyos, ya había escogido, y Rowan supo que la había elegido a ella.

Al hilo de la iniciativa de "El cuentacuentos"

Fotografía 1: Ficklekat Fotografía 2: LadyMorgana

(Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)

Dreamcatcher

Dreamcatcher_by_larafairieAl cerrar los ojos, despertó, lo sé… tal vez sólo un segundo antes de que yo lo hiciera. Ni siquiera le he visto, pues no estaba a mi lado en la cama, pero aún así he podido sentirlo. También he despertado y he cerrado los ojos. Me he acercado un poco más, lo suficiente para percibir su olor y apreciar el calor de su piel contra mi propia piel.

.

Le he contado en susurros mis sueños mientras me acariciaba el pelo, silencioso. En ellos había un río, un río inmenso y negro. La luna creciente (la de las promesas) resplandecía en mitad del firmamento: Spiga brillando en Virgo, y un poco más al norte, Coma Berenice. Entre ellas centenares de galaxias se perdían en la distancia perpetua, testigos mudos de la confusión entre espacio y tiempo. Él, acomodado en el lecho, sonreía hipnotizado por el rumor ensordecedor del agua. Era la segunda vez que nos veíamos, y yo había vuelto a salvarle el pellejo... Descansaba. Me miró a los ojos, brillaban en la oscuridad azulada. Entonces ocurrió algo, una sacudida que pareció reblandecer el tiempo, distorsionó su cara y engulló todos los sonidos de la noche. Un resorte accionando una palanca secreta en mi memoria hizo que apartara la mano cuando él intentó cogerla, y asustada, levantarme con rapidez hiriéndome rodillas y manos contra las afiladas piedras, y salir corriendo hacia el refugio que ofrecían los árboles y la espesura, sin hacer caso de sus gritos, que se esparcían propagados por el viento.

Entonces he abierto los ojos, justo un segundo antes de que él lo hiciera, no lo he visto, ni siquiera estaba a mi lado, pero yo sé que cuidaba de mi sueño.

al hilo de la iniciativa de " el cuentacuentos"

Fotografía: larafairie (Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)

as you wish...

¿Quieres dejar que esto estalle?

Sea. Qué salte por los aires,

Qué explote ¿qué es lo que lo impide?

destruyamos los segundos, las horas,

que muera el tiempo que tú y yo creamos

que los días se conviertan en pasado,

y el pasado perezca en el vacío.

No dejemos el menor recuerdo

sobre la faz de la tierra

de nuestro paso inseguro.

Será duro

que cada palabra pronunciada

se convierta en poco más que una palabra,

que las miradas sean tan sólo la trayectoria

que una vez siguieron nuestros ojos,

y las caricias, que dejaron huellas en mi alma,

se borren.

La lluvia lavará los rastros que queden en mi cuerpo,

storm_by_justyna7

en las nubes podremos ocultar todo lo vivido,

los truenos no consentirán que escuchemos nuestros corazones,

y el rayo cegará para siempre nuestros ojos.

Pero no hay bomba que pueda hacer más daño

que éste corazón en llamas,

que a duras penas me late en el pecho.

¡Adelante! el miedo colapsa mis sentidos,

pero esta vez no miraré atrás

¿Y tú?

¿mirarás?

Fotografía: Justyna7 (Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)

martes

Lilit*

Frágil.
...

Como el inconsistente alba,

un susurro de luz blanquecina, heraldo de la madrugada.

Pálido reflejo en la espontaneidad del agua,

murmullo de hojas secas a merced de la brisa,

Suave.

...

Silencio de mil alas plateadas por la noche,

delicado rumor de cabello cimbreante,

serena danza de sinuosa boca,

Sutil.

...

Manos que emprenden el vuelo con la languidez de un pájaro,

miembros que destilan un plácido sosiego,

pies que se deslizan apenas acariciando el suelo

in_the_inferno_______10_by_mehmeturgut

pero sus ojos…

abrasadoras teas, febriles llamas creadoras

dorado fuego del alma que arde en el cenit de su rostro,

que todo lo dice.

Fotografía: mehmeturgut (Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)

No más jaulas ( de nuevo, buenos propósitos para el nuevo año...)

Por cerebro tengo una nube
En mi pecho late un tambor
En mis venas fluye una mezcla de mi sangre y todas las sangres
Y mis pies me llevarán danzando hasta el fin de la tierra
Dicen los sabios que "donde está el dolor, también está lo que te salva"
Yo llevo tiempo escudriñando el mío, sumergida totalmente en él, pero es obvio que no he encontrado mi salvación, más bien todo lo contrario.
He intentando con total inocencia pagar mis deudas, amortizar cada una de mis culpas, llorando y compadeciéndome de mi misma, siempre a un paso de la desesperación, en un excéntrico intento de hacerme por fin grata a los ojos del Destino, provocar su compasión, y así conseguir un día de tregua.
A esto es a lo que a veces nos conduce el sufrimiento, a equivocar el camino
Y entonces el dolor no engrandece, ni purifica, no otorga una experiencia que nos servirá en el futuro
Tan solo convierte los días en algo baldío y estéril, en una rutina de vacío y tinieblas.
Llevo así toda mi vida, y como si nada, hoy he caído en la cuenta.
Y ahora lo único que quiero es respirar hondo
Hacer de la inconsciencia un hábito
Sin que el mundo y las circunstancias me cobren su cuota de responsabilidad y apariencias
Quiero volverme descarada, pendenciera y salvaje
Absurda, loca, insensata y paradójica
Intensa, sensual y desinhibida
En fin, quiero que lo que soy de puertas para dentro, se aprecie también de puertas para fuera, que sea un clamor
Y que la gente tiemble si quiere, que huya despavorida si es su deseo ................
Que se aleje o que se quede, ya nada importa
Pues me he cansado de ser esclava de los días y del dolor
De ahora en adelante le robaré todos los segundos que pueda al tiempo
Y cuando el Destino no esté mirando, me embriagaré con la música
Fotografía: Girltripped (Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.)